domingo, 16 de septiembre de 2018

Análisis de caso: El fracaso de RCN

Lo que no indican los indicadores- El fracaso de RCN from Pink Sauce TV on Vimeo.

RCN casi siempre espera que agosto y septiembre sean la temporada de recambios para ellos, y desde hace unos años, aspira traer para sí el rating perdido a manos de su mediocre enfrentado. Lastimosamente, todos sus intentos suelen terminar en fracasos. Como los del Coyote del Correcaminos. Su actual Reto Activia ha consistido en lanzar cinco nuevos productos  en tres franjas donde pierde miserablemente: las noches de los sábados, las mañanas de lunes a viernes y la franja prime time de la semana.

 
En el primero de ellos ha apostado por el game show llamado Mi pareja puede, a quien le toca la nada grata labor de enfrentar al soporífero pero aparentemente invencible Sábados felices. Yo me pregunto  ¿Tan devaluadas están las acciones de RCN que hasta Ómar Murillo parece accionista del canal? Porque nos sale hasta en la sopa: estuvo en Nadie me quita lo bailao, en Masterchef Celebrity y aquí como conductor de este formato. Aparte, es un atentado a nuestras retinas con sus vestuarios.
No lo hace solo, lo acompaña María Laura Quintero, quien trata de hacerse un hueco en las cadenas nacionales, tras estar en Telecaribe. Lastimosamente, como conductora del programa, Quintero no convence. O peor, convence más como actriz, que en mi caso, adivinen, no es un halago. Los siete retos de las 4 parejas participantes constan en pruebas bastante estúpidas, donde ellos hacen el ridículo, mientras ellas apuestan por las habilidades de sus consortes y del mismo modo en el sentido contrario. A medida que acumulan puntaje, optan por ganarse un carro. La pareja de la mejor apuesta es la que pasa a competir. Si la pareja logra superar el reto, ganan los puntos, si no, se reparten equitativamente entre las parejas restantes.
El problema de RCN es que nada les funciona en ese horario. Ni los game shows, como ya lo tuvieron con Gana con ganas, o hasta la breve temporada de Quien quiere ser millonario en el canal de las tres letras; ni telenovelas…en fin, es como si en ese horario fuese mejor pasar la franja de colores. Hasta tendría más rating. Y eso pasa por no tener claro el target del mismo, y por no proponer algo claro. Parece mentira que los venza, y por mucho, un programa tan hortera como Sábados felices, con un humor tan ramplón como predecible.


En las mañanas, se despidieron Jeta Mario y la infame señora de Kling casi que por la puerta de atrás, tras 16 años en esa cloaca putrefacta de mediocridad llamada Muy buenos días. Ese magazín zombie pedía su cancelación a gritos, y eso que, al igual que pasa con el producto anterior, su rival en Caracol es otra tremenda bazofia. Ya era tan fastidioso ver a Valencia y sus pelucas, fungir de analista político, burlarse de los biopolímeros de Jessica Cediel, entre muchos otros desafueros cometidos a lo largo de su dilatada emisión matutina. El programa de despedida del pasado 7 de septiembre fue tan incómodo de ver como tener que estar en el sepelio de una suegra insoportable, refritos de archivo incluidos.  Realmente, creo que es inútil hacerse más sangres con ese programa, solo agradecer que les llegase la guadaña para no verlos más. Hubiésemos deseado ver cómo les daban la patada en el culo.


O bueno, en este caso, esa patada tiene nombre propio: El Desayuno. Irónicamente, el programa al que reemplazó Muy buenos días en aquel lejano 2002 se llamaba Hasta ahora me desayuno. Lo cierto es que la creatividad es un valor en franca decadencia: El Desayuno parece un remix barato de Día a día en familia, el fracasado formato de fines de semana donde estuvo Iván Lalinde en Caracol y de Acá entre nos, su rival de horario del Uno; esta última, que fue la anterior casa de Lalinde.  De estos copia la idea de la montonera de gente, y del segundo, esa ambientación de una cocina/sala de un loft. Hagan de cuenta como el agüero de los matrimonios: algo nuevo, algo viejo, algo prestado, algo azul… Entre lo viejo (y no lo digo por la edad) está Yaneth Waldman, que ya estuvo en los albores de Muy buenos días y luego de Profesión Hogar, para desdicha de nuestros tímpanos.
Ellos tratan de venderse como una alternativa familiar, pero a RCN eso se le siente postizo ¿Es tan difícil pensar en un programa matutino que no sea el trillado magazín de sofá? Señal Colombia tiene unas muy interesantes propuestas de televisión infantil, por ejemplo. Y de Señal Colombia se llevan, ojalá prestado, a Juan Diego Vanegas, el chef de Asquerosamente rico, a hacer prácticamente lo mismo que Leonardo Morán en el Uno. Solo esperamos que no sea adicto a los champiñones.
Las Noticias RCN de la mañana, a cargo de Andrea Jaramillo parece un clon del Canal Uno. Debe ser que les quieren copiar su ínfimo rating. Camilo Angulo se vio tan ridículo con el selfie stick que, sinceramente #QuéOso #DebutYDespedida. Andrés López con la sección musical  es como esa persona que trata de ser amistoso, pero por alguna razón, te repele y hay un punto en que no le crees ni media palabra. Ángela Cardozo y Sebastián Parra no me proponen nada nuevo en sus áreas. Tal vez la propuesta que medio rescataría de El Desayuno es la presencia de Marcela MacCausland, que es una imagen muy diferente de la presentadora palillo que abunda en los formatos rivales.
Sin embargo, en el duelo de las cifras, la verdad, El desayuno se quedó con las tostadas quemadas y el café amargo: En su semana de estreno no alcanzó ni los 2 puntos de rating, siendo prácticamente duplicado por su rival ¿Será que se comerán las uvas del 31 de diciembre? Y en caso afirmativo ¿Las repetirán? Ya Lalinde comprobó con Día a día en familia que no fue así…


Pasemos al horario  AAA.  Mi familia baila mejor es como la versión low cost de La Pista revuelta con la premisa (no necesariamente muy cierta) de hallar talentos familiares como el ignoto Factor XF del 2015. A Javier Jattin y Sebastián Carvajal les falta mucho pelo pa´ moña como presentadores (aunque el segundo solo sería reportero en backstage, vamos, como una Linda Palma). Ya deberían dejar de intentar vendernos a Martina la Peligrosa como la gran artista que nunca ha sido, NO es y jamás será. Su presencia en el formato es sello de sal garantizado. Que lo digan los fracasos de Tu cara me suena y Taggeados. Pipe Calderón produce más pena ajena con su imagen que Juan Diego Alvira explicando sobre el efecto de las drogas con un Alka-Seltzer. Las gemelas Salamanca como asesoras de baile hacen un poco el papel del jurado hp.
Sobre las familias participantes, parecen un largo casting para un comercial de esos de Colombiana, pero pasados de rosca. Lo malo es que ni bien habían pasado 10 minutos de emisión y ya nos iban con historia lastimera por delante. No, Canal RCN, ASÍ NO.
El primer programa fue para elegir los 8 grupos familiares de cada capitán de entre 20 aspirantes. El grupo Pimienta fue el primero en pasar, entraron por la puerta azul, a los cuales debía juzgarlos Pipe Calderón. La puerta roja era el de los que debía juzgar Martina La peligrosa. Fire Kids fue el primer grupo que debió juzgar la costeña, obteniendo un predecible sí. Otros que recibieron el sí en el primer episodio fueron Los Pineda G Krok (Team Calderón) y Hermanos del Swing (unos desplazados de la violencia que regaron escarcha a más no poder #AyAmiga) (Team Martina). Entre los que recibieron un no (que les daba chance de repechaje, aunque con otro género musical) estuvieron los grupos Al son de la negra, un grupo donde uno de los familiares sufrió problemas de alcoholismo (suena música triste) y Familia Guardo. No me pregunten por el resto del casting, que cuando un programa no cautiva mi atención, no avanzo del episodio debut, como en este caso.
La segunda parte de La ley del corazón (me niego sistemáticamente a llamarla “temporada”) nos dio de entrada la caspeada canción de Piso 21, el mismo ambiente de la firma de abogados de alto standing –que se aleja bastante de las realidades del litigio-, el reencuentro en un vuelo de Julia (Laura Londoño) y Adela (Alejandra Borrero), que en la trama se menciona que fueron alumna y maestra; y Jimena (Carolina Acevedo) en una de sus infinitas crisis nerviosas y desde ya quedó claro el rol de Jorge Cao como antagonista de esta segunda parte. Siento tan prescindibles los conflictos de ese primer capítulo, que la verdad antes de la primera media hora estaba bostezando. Mucho flashback con los líos entre Pablo y Julia que suscitaron su ruptura, mucha historia secundaria sin gracia, entre ellas la activa vida sexual de Ortega (Iván López)… y sí, me suena tan curioso ver a Mabel Moreno en RCN, tras el final de su personaje en el producto enfrentado. Vamos, buenísima la rotación de elencos.
Lo complicado para el canal es tratar de rehacer el fenómeno fan que aglutinó la primera parte de esta telenovela (sí, también me resisto a llamar serie a algo que se emite de lunes a viernes), sobre todo después de los desastrosos resultados de rating que le dejó el infumable Exatlón Colombia. Para mí, el libreto no daba más de sí, muy a pesar de las fanegadas de arena vaginal que decir esto suscitará. La están haciendo rendir con conflictos muy forzados. Y si las cifras dadas son ciertas, por lo visto no soy el único al que no le llama ni remotamente la atención.
Finalmente La esquina del diablo es un producto que apesta a naftalina. Básicamente, porque tiene más de 2 años de haberse grabado. De ahí que sintamos ver partes de su elenco, incluso, en producciones de la competencia, como es el caso de Andrés Sandoval. Es un producto flojo, artificioso,  con unas actuaciones bastante regulares tres cuartos, como las de los estelares extranjeros. Miguel de Miguel y Ana Serradilla son funestos actuando. Es más creíble la excusa que el perro se comió la tarea de un niño de primaria.
¿Hasta cuando más historias de narcotráfico a las 10 p.m.? Esto tendrá su público, pero, lo siento, este vendrá a ser el enésimo fracaso de RCN en el horario de las 10 p.m., y ellos mismos lo saben. Las escenas de la cárcel con Gregorio Pernía son dignas de cualquier prueba de talento de Protagonistas, y de las bien malas ¿En qué clase de cárcel le dejan a otro recluso darle una “despedida violenta” a otro? Tappan como cabecilla de una red de narcotráfico… ah, este se quedó en el 2012, cuando aún estaba en Escobar, el patrón del mal.
La escena del atentado del sauna fue poco menos que espantosa, y ni hablar de las tomas armadas de La esquina del Diablo, y aun así, todas ellas fueron predecibles. Ni con todas las balas del mundo, los policías pueden capturar a los verdaderos malos. Solo son más escenas con plomo, plomo y plomo que estamos hasta la coronilla de ver. Y lo mismo diremos de las escenas de contenido sexual que no aportaron nada a la línea argumental. Fue más que repugnante la escena de la cabeza con una memoria micro USB escondida en la garganta, con la que Velasco le declara la guerra a la policía y se decide –¡oh, sorpresa! - infiltrar su organización.
Este S.W.A.T. pero con presupuesto de El show de las estrellas produce tanta pena ajena, que es de imaginar que se hundirá en las mediciones de rating. Merecidamente. No es por nada, pero sentí este capítulo editado al físico machetazo. Esta descongelación fue innecesaria. Y menos si tienen tremendo terrón de sal como Katherine Mujer de Lot Porto en el elenco. Inenarrable el operativo en pleno cementerio. Lo dicho, ya la Perubólica  se debe burlar de lo lindo de sus vecinos del norte. Y para empeorar, semejante bodrio dura ¡UNA HORA Y MEDIA!
En resumen, Mi pareja puede será el enésimo fracaso de RCN en su estéril lucha por derrotar a Sábados felices; Mi familia baila mejor es un rival fácil de digerir para la recta final del soporífero Desafío XV, incluso para Yo me llamo (y eso, lo saben, no es un halago para los de La Floresta), La ley del corazón 2 chapaleará como mejor pueda, pero la suerte de La Esquina del Diablo está echada desde el vamos. Y las cifras (aun con mi ya más que público escepticismo hacia ellas) no son las mejores. Aunque las promos de La ley del Corazón 2 decían que eran “la serie –sic- que todos estaban esperando”, ni siquiera logró colarse al top 5 de las más vistas, es más, con dificultad entró al Top 10 en su debut. Juzguen ustedes.

1 comentario:

  1. Un fracaso mas que cantado, no se porque le apuestan a cosas que no van a funcionar. La verdad es que RCN no le queda mas que buscar otra cosa que hacer, porque en estos momentos la audiencia de Caracol es demasiado fiel y asi tengan un poco de exito Caracol se los va a arrebatar en el partido que siga de la seleccion Colombia.
    -Mi familia baila mejor: El Factor XS, La pista y Bailando con las estrellas fueron de los realitys mas fracasados de la decada. ¿Por que demonios los combinaron? Los participantes tienen algo de carisma, pero los presentadores y jurados definitivamente no.
    -La ley del corazon 2: Si, la 1 tuvo un rating 25% mas alto que los programas actuales de RCN, pero eso no es mucho decir, y ponerla a competir directamente contra una telenovela con rating gigantesco es un suicidio.
    -En la boca del lobo: Marketing horrible, basado en la acción y no en la historia.

    Ya veo a RCN iniciando el 2019 con un MasterChef normal y una novela descongelada, y fracasando otra vez. Si quieren sobrevivir tienen que hacer algo barato y arriesgado, pero como van las cosas van a seguir así hasta que mueran.

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