miércoles, 27 de junio de 2018

Enamorándonos y La Piloto: colombianos, bienvenidos a la TELEBASURA


Canal Caracol decidió estrenar Enamorándonos, en el horario vespertino de lunes a viernes. Ah, las tardes de Caracol, esa cosa asquerosa y putrefacta, plagada de un noticiero del medio día infumablemente largo, un culebrón turco apto para personas con muy limitado coeficiente intelectual y ahora, el ingreso pleno a una de las peores categorías televisivas posibles: LA TELEBASURA.

A la presentadora principal, Carolina Cuervo, el rol le queda muy grande #LoQueSeHaceParaTragar. Quien le puso en el libreto que nos contase su historia de amor en el carnaval de Negros y Blancos…no, el chiste no funcionó (haberlo hecho con Ana Karina Soto). Susy Mora haría el papelón de reportera de redes sociales (obvio, solo leerá los predecibles trinos lambones al programa, que fijo hacen desde “la bodega” del canal) y Camilo Arbeláez como el psicólogo asesor de esta mamarrachada, con unas opiniones tan #GraciasFaryd que podría hacer hasta un niño de primaria. En el debut les dieron saludos los conductores del formato original turco (¿qué le habremos hecho de malo a los otomanos para ahora tragarnos sus telebobelas estúpidas y realities inmamables?) y de la edición mexicana.


Este dating show nos demuestra, con sus resultados de audiencia (donde comenzó con poco mas de 4 puntos y ya ha descendido a tres), que la idea de concursos en vivo con personajes tan cartoony  no necesariamente va a gustar.  Nicolás fue el primer participante en buscar el amor en ser presentado. Parece sacado de cualquier casting de aspirantes a actores de Tu Voz Estéreo. Para supuestamente ser un programa en vivo, se notó libreteadísimo el participante, tal vez más que la misma presentadora. Ana María, otra de los 24 aspirantes, que parecía una versión wannabe de Mary Mendez, con el uso inapropiado de la palabra “demasiado”. A Juan José (el modelo y estudiante de administración de empresas) lo quisieron vender como el galán de vereda de Cartagena que dio la dosis de softporn para cachifas, desempleados y gente inmunda. Les hicieron una mecánica de los secretos de los 24 elegidos con datos aun más anodinos como los 8 gatos negros de una de ellas o que uno de ellos, llamado Wilson, fue Mister Boyacá. No me creí ni poquito la historia de la “maestría en solteronía” –sic- del “empresario de fiestas”. Y ni hablemos de la modelo curvy  que trataba de llamar la atención.


El público del programa es como las encuestas tan culas que hacen en este programa. No, Caracol, no nos interesa la opinión de Diva Jessurum o de Felipe Zuleta respecto del “amor a primera vista”. Ni hablemos de los que supuestamente “llaman” por teléfono al programa, que se oyen casi tan subnormales como los ejecutivos del canal que le dieron luz verde a esta bazofia. Al primero que llamó, poco más que lo abrieron como la yuca por loser.  A otra que llamó la invitaron a la sección del Muro, para aspirar a conocer al modelito de Cartagena. Del resto, Enamorándonos no aporta nada de contenido en su interminable hora y media de duración, alargada con trucos tan manidos como la llamada del esposo de Carolina Cuervo, la llamada del padre de Susy, el cumpleaños de otro participante o el cierre con Andrés Cabas. La verdad, pensaba que no podía haber un contenido en vivo más inútil que Guerreros, pero Caracol sigue cavando más en el pozo de la mediocridad.




Pero como supuestamente a ustedes les fascina la basura que programa Caracol, en reemplazo de la interrumpida Sin tetas sí hay paraíso 2 llega La Piloto, la enésima narconovela que aterriza en el horario de las 10 de la noche. No, Caracol, el hecho que Mafe Yepes sea antagónica NO vuelve producción nacional a esta inmundicia.  No nos vale que se indignen en este canal con lo del ex trabajador de Avianca que camufló licor en un estadio en Rusia  cuando programan este tipo de ficciones que cuentan por enésima vez los líos del narcotráfico y luchas de carteles. 


El tema de rotación de temáticas en los productos en Caracol no mejorará, si tienen quien le maquille las cifras de rating, cual Betty la fea en Ecomoda. Y eso que se debería suponer que nos molesta que la imagen de nosotros en el extranjero se ligue a la delincuencia. Pero si STSHP2 cerró por encima de los 16 puntos su emisión, con todo y el “maltrato” que fue pasar en su horario ese paquetazo de La Vuelta a Rusia en 80 risas, es porque el televidente colombiano o es muy manipulable o ya perdió todo el sentido del gusto (que tampoco es que abunde en el canal rival) .


¿Hasta cuando esas sobreactuadas escenas con chroma key de persecuciones imposibles de narcos? –esta vez en el aire- ¿Otra vez más flashbacks desde el comienzo? ¿En qué estaban pensando con esa escena del pretendido accidente de Yolanda Cadena, que prosigue en un interrogatorio militar? Puede que esto tenga su público, pero ya es hora de cambiar este ciclo de malos productos, sean nacionales o extranjeros.


La Piloto irradia una estética y jerga mexicana impuesta de malas maneras en Colombia, tanto como la violación de Yolanda, una escena repugnante como toda la telenovela en sí, y ni hablemos del violento reclamo de ella contra su padrino violador que la engañó con el pago de la matrícula del curso de aviación. Una escena tan sobreactuada como la de la “maldita lisiada”…  y acto seguido , el recurso de los “X años después”, con música norteña en un bar, donde hace su ingreso Mafe Yepes, quien se repite, poco más, poco menos, como La Diabla de “La novela basada en Sin tetas no hay paraíso”. Solo que esta vez no convierte a Yolanda prepago, sino aeromoza. Pero, a efectos prácticos, vienen a ser tres cuartos de lo mismo. Si “Catalina” en STSHP2 pudo ser agente de la DEA en tiempo record – los de esta agencia antinarcóticos deberían evaluar cuan perrateada tienen su imagen en las telenovelas latinas-, Yolanda podría ser azafata en segundos. Y en poco más de ellos, ganarse un lío gordo con un equipaje con “sorpresa”. Y todo, sin saber que el “galán” de la trama es un agente encubierto como sobrecargo, y para más Inri, la “sorpresa” se les pierde. Vamos, coherencia ante todo…

Ya alisto mi cara de asombro cuando este ladrillo predecible y fastidioso marque por encima de los 12 puntos de rating (bueno, en realidad marcó 12.4), inmerecido, por demás ¿De verdad esto es lo que merecemos ver en TV?

2 comentarios:

  1. La verdad si, que cosa tan mala, era mejor adán y Eva jajaja. Y la piloto no manches no la vi toda (en realidad a ninguna la he visto toda completa, no aguanto) pero lo poco nada que ver.

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  2. Yo estoy desempleada, y no veo esta porquería de asquerosidades, por favor Pink Sauce, no nos ofendas, el hecho de no tener trabajo no quiere decir que no tengamos coeficiente intelectual y que no seamos capaces de disernir entre la buena y la mala programación, jejejejeje. Y por favor, Caracol y RCNalgas......no más telebasura, telemiseria, teleporno, telenarcos, de verdad, que asco de tv la que hay en Colombia.....es que ni los partidos de la selección salvan el día.

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