domingo, 6 de noviembre de 2022

Review doble: Bake Off Celebrity Colombia y La Descarga: NADA NUEVO BAJO EL SOL

 


Bake Off Celebrity, el gran pastelero: Colombia es el enésimo concurso entre celebridades que sale a la luz en nuestro país, pero irónicamente, lo que tal vez podría ser un formato para que RCN tuviera un espacio de telerrealidad actualmente en pantallas, parece hecho y pensado para los gustos ñoños de Caracol. Con todo, sale en la plataforma HBO Max, y en ella, 12 “celebridades” compiten por el título del mejor repostero. Por los jurados, nada qué cuestionar: el esquema clásico de tres evaluadores corre a cargo de Juliana Álvarez, Mark Rausch y Paco Roncero.


Donde el formato empieza a flaquear cual merengue en torta caliente, es con su presentadora: Danna García es para tener un coma diabético por posar de demasiado dulce. Pero lo que más soporífero me torna el formato es que no hay conflicto mas allá de las escasas calidades del producto que cada participante haga. No hay un villano claro entre los participantes, y ese rol, dejárselo a los veredictos de los jurados, deja mucho que desear. Tampoco es para volverlo un programa de telerrealidad de mechoneadas, lanzamiento de cuchillos y traiciones, pero tanta flor aburre. Personalmente, me resulta indiferente quien gane la competencia, que ya se acerca a su ecuador en la plataforma donde se emite.

Además, manejan un estándar demasiado liberal del concepto Celebridad: Entre otros con síndrome Carolina Sabino, es decir, adictos a formatos de telerrealidad como El Pibe Valderrama (Desafio 2004),  Johanna Fadul (Exatlon Colombia), Yaneth Waldman (Factor X, La Batalla de las estrellas), Martina La peligrosa (Mi familia baila mejor) o Belky Arizala (La Agencia, quien por cierto, fue la primera eliminada); y luego una Lista H de supuestos influencers como Mario Ruíz ( a quien lejanamente recordamos del fracaso que fue Taggeados allá en el 2015) o gente que hace rato ni sonaba ni tronaba como Cabas o Kimberly Reyes.

Por su parte, La descarga, el templo de la música es el enésimo concurso sobrevalorado de Caracol que ocupa el horario de las 8 pm, con 4 mentores: Santiago Cruz, Maía, Gusi y Marbelle, y conducido por Carlos Calero y Jessica Cediel, donde 91 participantes , todos ellos extraídos de los otros sobrevalorados concursos de cantantes  ( A otro nivel, La Voz) o imitadores de cantantes ( Yo me llamo)  que inmerecidamente han liderado este horario. Un concurso menos original que la Big Cola que dará más de 600 millones de premio mayor.

Sentados desde pupitres, los 91 compiten por solo 44 cupos, es decir, 11 por cada mentor; conviviendo en una casa estudio, con habitaciones por cada equipo…Umm, ¿Cuándo empieza a Missanalizarse todo esto? Solo avanzarán si logran unanimidad en los 4 jurados, quienes pulsarán un botón para que giren en una aguja de tornamesa. Cada uno solo puede cantarle durante 2 minutos y medio a  los cuatro mentores.

En el episodio debut, Byordy, uno de los aspirantes del accidentado A otro nivel del 2020 sería el encargado de abrir el fuego de la competencia. Tras el consabido mensaje de los familiares, tan digno de PDNT, carreta de calero mediante. Decidió apostarle a Maía con Aguanilé, otra de las canciones trilladas  hasta el hartazgo por Caracol. Ella lo dejó avanzar al siguiente jurado, Santiago Cruz, quien también lo dejó avanzar, y así sucesivamente, el participante logró el primero de los 44 cupos.  Las sobreactuaciones con los pulsores no se hicieron esperar. Le siguió Lauvel, proveniente de La Voz Kids del 2015, quien también logró avanzar. El imitador de Nino Bravo del primer Yo me llamo, hace la friolera de 11 años también tendría el visto bueno; Luis Javier Oropesa, el cantante de origen venezolano  de A otro nivel – Canta Conmigo también obtuvo el sí unánime. Hasta aquí, todo dentro de la normalidad de los concursos de Caracol donde nadie desafina, todos cantan divino, y todo son más flores que desfile de silleteros.

La imitadora de Thalía de Yo me llamo, aun en el papel de la artista que imitó con Eres teibolera, digo, Piel Morena obtuvo voto favorable de Maía, que por lo visto es más fácil que Fanny Lu presionando el botón o que la tabla de multiplicar del cero, pero fue la primera en no lograr los votos suficientes, básicamente porque Marbelle la demoró demasiado antes de darle paso a Gusi.  Tras ella, vino una franja de comerciales, algo poco usual en los concursos de Caracol. 

Katta Castaño, participante de A otro Nivel  tuvo mejor suerte y avanzó a los 44. Su colega de concurso El indio Harim, que tuvo que abandonar por salud en su temporada, avanzó muy rápidamente entre los mentores, tal vez porque su historia previa da para mucho juego de esos que hacen darles orgasmos a los directivos de La Floresta.

De los dos petardos presentadores ni voy a hacer más sangres, en esa materia cada vez vamos de mal en peor; pero del jurado sí me voy a despachar: Santiago Cruz, con un discurso que duerme más que sus mismas canciones; Maía es la que en todos los charcos se quiere bañar (ha estado en La Pista, Masterchef Celebrity, cantó hasta en Gran Hermano CityTV…), Gusi hizo parte del jurado de La Voz Teens, la temporada que, hasta  la ultima temporada doble de La Voz Teens/Senior que acaba de pasar, fue la menos exitosa de la franquicia. Marbelle solo llega para levantar polémica, tras su paso por franquicias de la competencia (Factor X y Masterchef Celebrity) y sus debates twitteros con la vicepresidenta. Si en este país tuviéramos una cultura de la cancelación de servicio, los ratings de este formato serían los peores, aunque no han sido tampoco los que quisieran en el canal del molusco. Si la gente se deja de chorradas de peticiones en Change.org y pasa directamente a apagar los televisores y no verlo, le dan el golpe de gracia a este mal remix de formatos.  Caracol solo va a aprender la lección cuando pierdan con su rival, y eso que en estos momentos el producto más solvente de Las Américas es la aburrida bionovela de Leandro Díaz.

Bastante mérito es ya cantar sin marearse en la dichosa aguja de la tornamesa.  Mismo que es aguantarse esos mensajes cursis y cargados de telepornomiseria de cada participante, con sus “amuletos” de la buena suerte. A mí, en lo personal, no me mueve la aguja, y prefiero ver la repetición de Los Cuervos por Señal Colombia. Yo me descargo de este pastiche mal avenido, que solo es el relleno de poca monta que Caracol necesita de aquí a un fin de año que yo no creo ver en tierras colombianas…


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