En tiempo reciente, el horario de las 9 de la noche en Caracol tiene unos habitantes que producen física pena ajena. Tal vez ello explicaría la nula trascendencia de los últimos productos de ese horario ¿A alguien trasnochó el final de La Gloria de Lucho? Creo que ni a la mamá del director. Que las cifras digan otra cosa es paja.
El Crespo Ortega (Diego Vásquez) es el prototípico guiso, de esos que Caracol ha explotado hasta la saciedad desde Pedro el escamoso hasta el mismo Lucho, pasando por un largo etcétera (Vecinos, El Tesoro). Es más, creo que hasta reciclarán utilería. La prototípica telenovela de Caracol otrora rotulada como “Una historia diferente y divertida”, donde las sobreactuaciones y los libretos a los alaridos son la regla general.
La novela comienza con una fiesta con aroma traquetoide. Como si con la música (¿?) de La Kalle se hiciera una telebobela. Da pena ajena Carolina Acevedo en ese papel de la abnegada esposa del protagonista ¿Katherine Porto en el elenco?...umm, esto se va a poner feo. Feo como el diezmillonésimo y sobreactuado operativo de captura contra el protagonista ¿Dónde hemos visto esto antes? Ah, cierto, en El señor de los cielos, Tiro de gracia… Felipe Calero y Norma Nivia como antagónicos producen tanta pena ajena como esa fiesta con detector de metales y fichas para reclamar las armas y municiones por las que deliraría hasta Indumil. Uno ha visto 5 minutos de esta basura y ya se le sube el colesterol. El Danubio azul en versión música norteña haría a Strauss hijo revolcarse en su tumba.
La captura del protagonista frente a su esposa, hijos y madre fue tan falsa como ver ese sepelio con mariachis que le siguió a continuación. Tan falso como la caracterización de Andrés Toro. O como esa bochornosa escena a lo Rosa de Guadalupe de la esposa de Ortega rezándole a una estatua de san Judas Tadeo en una iglesia, o el juicio mismo, o peor aún, la escena del duelo ¿En serio a alguien se le ocurren estas escenas tan rocambolescas en pleno 2019? ¿O con pleno uso de sus facultades mentales? La condena del juicio no era ni remotamente creíble. Ni para La Ley del corazón, y ya eso es mucho decir. Irónico es ver a Jorge Herrera en ambos canales privados a la misma hora. Y eso que la presunta muerte de su personaje es la que genera la condena de Ortega. Bueno, por así decirlo, porque valiente cárcel de mínima seguridad la de Ortega, con cuarto exclusivo, lavaperros, disponibilidad de un celular… eso ni Pablo Escobar en la tristemente célebre La Catedral.
Salto de 5 años después en el primer episodio y se nos viene el riguroso flashback de todas las màs recientes telebobelas de Caracol de las 9, para recordar cómo se conocieron los protagonistas. Oh, qué novedad. Lo del Reinado del tomate chonto es para hacérselo ver. Yo los usaría para arrojárselos a los productores de esta basura. A nadie se le había ocurrido antes eso de la abogada-amante, o lo de la fiesta de cumpleaños en la cárcel. Está bien tener licencias dramáticas, pero esa cárcel no la tienen ni en Noruega.
La madre del protagonista saca adelante su vida en un restaurante típico, y su presentimiento se hace realidad con un accidente deportivo donde El Crespo revive, tras ver al San Judas Tadeo más ridículo de cualquier dramatizado nacional en los casi 65 años de existencia de la TV ¿Qué tienen los libretistas de esta payasada, 2 años de edad mental? ¿O son los monos del señor Burns? Pero Ortega hace un compromiso con el santo: Dejar todo su pasado y hacer las cosas bien. La anulación del juicio es su señal de salida. Hasta aquí, los giros argumentales del episodio debut son vergonzosos ¿Así de fácil sale un preso tras 5 años en Colombia, con condena y todo? Lo dudo. Y menos me convence ver a un “detective” amenazar a un ex presidiario- en la vida real, buscan alejarse al máximo de esos casos-. No sé qué clase de chusma palurda se impresiona con esa ramplonería. Honestamente, no sé qué es peor: Si esa reclusión absurda o esa salida de la cárcel menos creíble que pelea de los Power Rangers.
Lo curioso es que, hasta con los peores bodrios del canal del molusco, como este masacote sin gracia, pululan en redes sociales unos usuarios con comportamientos patológicos que creo que merecen post para analizar: Foto de perfil random, pocos followers (o amistades en Facebook), y eso sí, todos idolatran y aplauden como focas cuanto estreno haga Caracol, atacando sistemáticamente a todos los que nos oponemos a semejante mamarrachada, que nos hace descender evolutivamente muy por debajo de la más desvencijada bazofia de la Perubólica. Entiendo que RCN se ha dormido en sus laureles en este horario con la cuarta emisión de Yo soy Betty La Fea, y es que, en realidad, de no haberse atravesado en el destino el fallecimiento de Fernando Gaitán, de seguro este sería el horario de El Man es Germán y sus libretos hechos por y para oligofrénicos. Lo dicho, combatirían fuego contra fuego. O en este caso, manteca contra manteca.
Si algo nos ha enseñado la televisión privada colombiana en la historia de la TV, es que ya está con achaques propios de la edad de retiro forzoso . Tiemblo de pensar que con la reciente muerte de Jota Mario Valencia ( 1956-2019 a.k.a. Jeta Mario) se les dé por repetirnos los greatest hits de Muy buenos días. RCN es capaz de eso. Así como Caracol es capaz de hacernos creer, con sus cifras absurdas, que Un Bandido Honrado es la última coca cola del desierto. Porque esos casi 13 puntos en su debut no se los cree NADIE. Qué pereza es ver que ya la "mermelada" está dispuesta para darle el inmerecido liderato a otra producción mediocre de Caracol de las 9 de la noche.