lunes, 15 de agosto de 2022

De zapping: Hablemos de Hasta que la plata nos separe, Dejémonos de Vargas, el final de Factor X, El cartel de los Sapos, el origen; El Rey, Copa América femenina y hasta de La Voz Kids y Café

 


He de confesar que tuve que armarme de mucho valor para volver al ruedo con mis críticas televisivas. La reciente muerte de mi señor padre me tuvo con mucha depresión. Sí, soy humano y siento eso. Aparte, esa desazón con contenidos televisivos sin sentido me tiene mal. Procrastinando. Yo no soy así.



Vamos por partes: Lo peor de esa versión de Tele(in)mundo de  Hasta Que La Plata Nos Separe es saber que su original fue la Rescatada del 2006 de Los Años Tenebrosos. Este remake es casi una parodia de Sábados Felices ( y eso que es el canal rival), y de las malas.

Gran parte del mérito de la original es que Víctor Hugo Cabrera daba la talla como el héroe menos probable, pero ¿Sebastián Martinez? Really? Es más, uno ve a Martínez y a Pardau en la misma novela y piensa: ¿es un multiverso de Pa´ Quererte? Bueno, en Dr. Strange nos hablan del choque de multiversos: el de esta Hasta Que La Plata Nos Separe parece el remix de Pa’quererte, Sin tetas y hasta Yo soy Betty La fea

Y parafraseando a Amparo Grisales, señora (Yorley del) Carmen Villalobos: No te llamas Alejandra Maldonado. Pasar de Marcela Carvajal a Carmen Villalobos es pasar de una Veuve Clicquot a una Big Cola. Y lo digo, sobre todo, porque el papel de Marcela Carvajal sabía guardar su distancia con el elenco de vendedores del concesionario. Aquí tanta “camaradería” le resta fuerza a la Maldonado que propone Villalobos. Casi todo el elenco de vendedores de Ramenautos le queda debiendo a la versión del 2006. Y eso, siendo muy condescendiente. La escena del himno corporativo da pena ajena.

El único papel de esta Hasta Que La Plata Nos Separe que quedó calcadito al original es el de “Vicky. Pero NO es un halago. Tal vez la teleaudiencia a la que les aburra la sobrevalorada producción que ocupe el lugar de las 9 o 9:30 en Caracol podría animarse a ver este despropósito, pero la factura de esta última producción es bastante criticable. El ritmo de su primer capítulo lo siento pesado, con escenas bastante prescindibles, entre ellas las de los hermanos y el papá de Vicky con Mendez.

La escena que marcaba el clímax del episodio debut, el accidente entre Mendez y Alejandra fue muy mal lograda. En 2006 no teníamos tan masificados los manos libres, en pleno 2022, y más para una vendedora de autos, ¿que no tenga uno? Poco creíble. De hecho, ¿qué le impedía al Mendez del 2022 perderse de la escena del choque? ¿Y no usar el celular para llamar a una ambulancia? La cosa no aguanta mucho análisis de sentido común, la verdad. Aun mirándola con los ojos del 2006, envejece mal. En eso, la original hizo mejor la tarea. Hasta para sacrificar una de las producciones originales que les quedó bien, RCN debería tener más tacto.

En fin, como ya sabemos el final, ni me esfuerzo por ver el remake. Spoiler: Alejandra y Méndez se casan

Pasemos a Dejémonos De Vargas, o la capitulación de Canal RCN a tener realities entre semana. Inicia con una cena navideña donde partimos de la base de que Juan Ramón Vargas ha muerto, y la familia de Ramoncito les aprueban un crédito de un nuevo apartamento. Que Ramoncito sea editor general de El Clima, trabajando en el mismo lugar del padre, es muy diciente. Y comienzan los líos con el camión del trasteo y la tía que se cree de mejor familia. La tía Lucy dependerá de las calidades actorales de Constanza Duque. Y es que la tía Loly (Erika Krum, QEPD) era una marca de calidad.

Aunque es positivo que Dejémonos De Vargas tenga parte del elenco de Dejémonos de vainas, como grandes histriones como Maru Yamayusa, todo nos hace preguntarnos… ¿Y Teresita? ¿Y los mellizos? Pero... ¿Qué tiene Pity Camacho que no tiene Benjamín Herrera? ¿Ser más aesthetic para el focus group del canal de las tres letras? Bueno, en Dejémonos de Vainas tuvimos dos "Puchis" y dos "Teresitas" Qué bien ver a Paula Peña en un programa que no sea Betty La Fea. Y a Marisol Correa (Margarita), a quien habíamos perdido del radar. Pero si algo tenía Ramiro (el costeño de Dejémonos de Vainas) que no tiene Aco Pérez es hacer un personaje creíble. Aco es demasiado cartoony.

Por demás, muy predecible el gag del trasteo. Yo sé que el humor de Dejémonos de Vainas era muy ochentero, pero un esfuerzo sí se les pide, señores de RCN. Fue un trasteo muy digno de película de Dago #TampocoEsUnHalago. El personaje del portero repelente siento que rechina. Y es que telenovelizar una serie (sí, esto sí era una serie) no es una labor fácil. El conflicto de la hija extramatrimonial de Ramoncito fue muy flojo. ¿Para este capítulo hubo un remix de Las Juanas, con el Dejémonos de Vainas original? ¿Alguien cree que, en un país como este, una mujer no busca al padre de su hija? ¿Cómo te decimos, Calixto Salguero? Que les llegue así de repente, fue un completo DESASTRE. Los últimos minutos del episodio debut fueron lánguidos con el asunto del "mal de ojo" y la extraña convivencia de Camila con el resto de la familia. Dudo del valor legal del documento que "mágicamente" tenía Camila.

Menos mal ya RCN volvía al horario de una hora. En definitiva, este será un producto que, tras haber fracasado estrepitosamente en su primera semana y ahora ser desterrado a los fines de semana por la retransmisión de Café, con aroma de mujer, nos demuestra que a veces hay que dejar ir y morir ciertos productos con dignidad, y no estirar el chicle cuál final de Masterchef Celebrity Colombia, porque lo barrieron en puntaje hasta las turcadas de Caracol-

Por cierto, en cosas que a nadie le interesan en los fines de semana, Heyner Usprung ganó la temporada de Factor X más desabrida y que a menos gente trasnochó de todas las emitidas en este país. El militar puede tener talento, pero ya ese fémur perdía en rating hasta con el bodrio de Sábados Felices.

Pasemos al canal del molusco, y hablemos de la precuela de El Cartel de los sapos, bautizada El origen. Esta ha sido una producción de esas bien chafas que Caracol hace para Netflix, pero que pasa sin pena ni gloria, como ocurre con su emisión televisiva, donde ocupa los últimos lugares del Top 10, más por deméritos del rival que por virtudes propias. Uno de esos defectos es la escogencia de elenco: Patricia Tamayo va camino a titularse de madre en ficción de Juan Pablo Urrego, como lo fue en El Olvido que seremos. A diferencia de aquella cinta, esta producción de ficción libremente basada en la obra de Andrés López, se sitúa en Cali a finales de los años setenta con el mando de Los Señores de Cali, Leonardo y Emmanuel Villegas, pobremente representados en su edad media por Urrego y Sebastián Osorio, quien ya viene del bodrio de Pasión de Gavilanes 2.

La narración en voz en off hizo aun más ridícula la trama de lo que los forzados acentos caleños lo podían hacer. Casi creí ver el remix narco de Sex and the City. Caterin Escobar definitivamente se encasilló en traquetobobelas sin sentido. Y si ya el episodio flojeaba, dar flashbacks y flashforwards entre 1978 y 1955 se lo acabó de tirar ¿Realmente aportaba a la trama saber del comienzo de los negocios turbios de los hermanos Villegas con contrabando de medicamentos vencidos? La escena del asalto al vehículo donde iba la matriarca de los Villegas con su amigo fue de lo menos coherente que se puede haber visto en un primer episodio. Obvio que en traquetonovela que se respete iba a haber plomo desde el vamos, pero ¿alguien se cree ese operativo policial? ¿En serio soy yo solo el que le produce bochorno ante tan mala ejecución del libreto? La hospitalización de la madre y el casual enamoramiento de Emmanuel con la hija de un general de la Policía en Cali que está tras la pista de los delincuentes de aquel atentado se diluían entre los ires y venires históricos de la expulsión del padre de los Villegas por su infidelidad.

Aun con una fotografía y vestuarios que te ponen en el contexto de la época, la serie naufraga en actuaciones melifluas y que nada aportan, tan propio de narcobobelas de molde sin nada qué ofrecer, incluidas escenas de cama absolutamente innecesarias. El Cartel es simplemente otro chicle que han estirado tanto que ya no sabe a nada, precuela (2022) y secuela (2010)  mediante.

Siguiendo con los de La Floresta, lo que más me encanta de que El Rey, la bionovela nacional sobre el fallecido Vicente Fernández, sea un producto sin actores nacionales  el que llegue al primetime de Caracol es que el Parche Twittero de sus focas no se esté rasgando las vestiduras como cuando RCN emitió Avenida Brasil. ¿Novela de Caracol sin UN SOLO ACTOR NACIONAL? ¿A poco ya embruteciste a tu teleaudiencia, wey? ¿Neta, Caracol? ¡qué sangrón todo!  Pero igual, mañana terminan adorando la telebobela esta, y hasta hablando de “órale wey”

En realidad, los del molusco pueden pasar en ese horario un reality de anos cagando e igual su ejército de bots van a aplaudirlo y hasta tener favoritos en cual culo puja mejor. En eso la saca bien barata el convento de La Floresta. Y nuevamente parafraseando a Yo Me Llamo, Jaime Camil NO SE LLAMA Vicente Fernández. Antes, también parece parodia de  Sábados Felices

Cronómetros en ceros para ver si en El Rey no habría el riguroso flashback en el episodio debut. Eso nos duró escasamente 3:52 minutos… eso sí, mero efecto Maldita Rockola, cantar porque sí y porque no…

El Rey comienza con un concierto en 1984 donde la sobreactuación de Jaime Camil da grima. ¿En serio a esta mierda le van a gastar 36 episodios? Juraría que la idea de este primer episodio de El Rey la plagiaron de Diomedes. Es que, con las bionovela de cantantes, vistas una, vistas todas. La edición de este primer episodio, como hecha con las patas, pegando escenas a la maldita sea. Tanto que nunca pudo definirse en un punto principal: ¿Los temores de “Chente”? ¿Su infancia cantando? Hasta en eso era algo más centrada Hasta Que Te Conocí, del gran rival musical de Fernández. ¿Quién editó este capítulo debut, el de la película del Hombre Radioactivo de Los Simpsons? ¿Se acuerdan cuando hacen trabajos en grupo y en realidad cada quien hace una parte y luego lo juntan todo a la carrera? Bueno, así se siente.

Todo el capítulo era un sancocho de escenas que ahora uno entiende las críticas que ha tenido en México esta producción. Con tanto va y viene histórico, ningún personaje se consolida, y eso no lo tapa ni la mejor fotografía del país azteca. Y ahora los villanos predecibles de toda bionovela: Manager explotador No. 001 entra en escena. Calienta en el banco Mujer que lo acosa y lo quiere separar de doña Cuca (sí, así le dicen a su viuda). Fue realmente mareador tanto cambio de tiempos entre el Vicente niño, el Vicente Joven y el Vicente ya consolidado en un solo capítulo. Cualquiera que coja comenzado el episodio, no entenderá ni papa. Yo ya estaba  de plano bostezando. Y esa ave de mal agüero que se le atraviesa a Vicente, la verdad fue un recurso muy mal utilizado en este live action gama baja de Coco o de José Miel, porque llevaron mas de un muerto en el capitulo.

Hemos exportado la bionovela de cantantes, hasta límites que ya rayan en el ridículo: Padre/Familiar opuesto a la carrera musical, manager explotador, pareja virginal y sufrida, ¿a los cuantos capítulos llenamos la lista de chequeos de los lugares comunes? Cuando Vicente se entera de la muerte de Porfirio, la escena es digna de las peores actuaciones de La Rosa De Guadalupe. Hasta agradece uno el comercial de Jabón El Rey, Porque si es por las actuaciones… prefiero ver Tv Agro.

Cierra el primer episodio con la propuesta de un productor musical, pero conmigo no cuenten para un segundo capítulo de esta cosa tan pecueca. Ya sabemos que la competencia de El Rey es prácticamente inexistente, y porque virtualmente Dejémonos De Vargas es la nueva Te La Dedico, déjenme recordarles que Caracol también se equivoca: El Hijo Del Cacique fue un mega flop en su tiempo. Y por eso El rey debutó... Pero de virreina. Y ya va de primera princesa. Lo curioso es que ese puesto solo lo obtuvo su debut, la repetición queda fuera del Top 10. Por algo será... Tal vez porque la calidad actoral no se vio. Normal cuando editan un episodio de estreno a la topa tolondra.

Pequeño paréntesis: Soy el único que le da cringe un niño cantando rancheras en La Lástima Kids, digo La Voz Kids?  ¿En serio cómo se aguantan cipote tonelada de historias lastimeras en La Voz Kids para luego ver que nadie se le gira? ¿Tienen problemas de insomnio? ¿Todo bien por casa?

Finalicemos con algo positivo como el cubrimiento que Señal Deportes hizo de la Copa América Femenina, con subcampeonato para Colombia jugando de anfitrión ante Brasil, que deja al equipo de damas clasificado al Mundial de Futbol Femenino y a los Juegos Olímpicos de Paris 2024. Qué bien que ellas nos devuelven la esperanza perdida con el seleccionado masculino, sin las estridencias del triunfalismo barato del Gol Caracol ¿Tal vez sea la rescatada del 2022? Pronto lo averiguaremos.