lunes, 8 de junio de 2020

Lo que no indican los indicadores: Destronado Raymundo Angulo, Miss Universo Colombia tendrá otra organización.


Como si las desgracias que se han cernido sobre Cartagena fueran pocas (el coronavirus cunde, muchos eventos turísticos se han ido a la mierda, la ciudad está más a la deriva que la barca de Remedios Amaya…), el Concurso Nacional de la Belleza vuelve a perder el manejo de la franquicia del Miss Universo, y ahora recaerá en un grupo privado liderado por la ex candidata por Atlántico en el año 2000, Natalie Ackerman ( quien también representó a Alemania en el año 2006), quienes realizarán el evento en Barranquilla y no en Cartagena. Finalmente no hubo acuerdo alguno para  que la señorita Colombia actual, María Fernanda Aristizábal, no sea la representante al Miss Universo que viene, que aún no se sabe si se realizará este año o en el 2021, por la crisis del Covid-19[1].



La verdad, esto se veía venir: la señorita Ackerman bien puede tener ciertas amarguras con la CCNB, ya que su paso por el certamen nacional en el año 2000 pasó sin pena ni gloria (ni siquiera estuvo en el Top 10), y qué mejor forma de desquitarse que dejar con los crespos hechos a Angulo y los suyos, quienes ahora tendrán Señorita Colombia pero sin saber a dónde enviarla. Se rumora que la reina del Quindío coronada en noviembre pudiese ir al Miss Internacional (que era el premio que le daban a la virreina), aunque no hay ningún comunicado oficial al respecto.

El caso es que Ackerman no viene sola: Por medio de un comunicado en la cuenta oficial de twitter de su firma de abogados, el polémico Abelardo de la Espriella confirmó su relación con los nuevos dueños de la franquicia de Miss Universo en Colombia. Según la publicación, Natalie Ackermann lo contactó para que la asesorara en la constitución legal de la empresa a la cual fue adjudicada la franquicia que costó más de 200.000 dólares. Por medio del comunicado se afirma que se trata de "una sociedad colombiana, de la que también hace parte esta firma", confirmando así que Abelardo de la Espriella fue uno de los inversionistas que aportaron dicho valor. Sin embargo, se desconoce qué porcentaje del costo de la franquicia fue financiado por el abogado y quienes son los demás socios de la nueva organización[2]. Recordemos además que De la Espriella estuvo detrás de la participación de Diana Salgado, por Valle, la tristemente célebre candidata que tuvo que recurrir a una tutela para ser reintegrada a la competencia por haber sido “destituida” por “caderona”, y que también pasó con más pena que gloria por el certamen del 2009. Desde hace seis meses, Ackermann venía trabajando en la consecución de la franquicia, que estuvo en manos de Jolie de Vogue por más de 20 años y del canal RCN (durante tres años). En este proceso ha tenido la asesoría conceptual de Juan Manuel Buelvas, exgerente de Telecaribe, y de otras personas de la costa norte. Tiemblo de solo pensar en Diva Jessurum de asesora…
En todo caso, la organización que ahora tiene la franquicia debió seguir con las otras formas de elección, que dependen además de los tiempos de la emergencia. “Vamos a abrir inscripciones y más adelante, cuando se tenga a las candidatas, proceder al concurso si lo que está pasando nos lo permite, o elegirla de manera directa” afirmó a medios Ackerman. La competencia, eso sí, cambia. “Tendremos algo de la tradición de Cartagena, pero haremos una transición y una transformación importante. Sabemos que esa tradición ha funcionado; es más, yo soy de esa escuela (fue señorita Atlántico en el 2000), pero hay que renovar”, agregó.

Desde sus redes sociales[3], ‘Miss Universe Colombia’ dio a conocer los parámetros que se requieren para ser candidata a representar al país en el certamen internacional.  Como primera medida, la organización precisa de jóvenes que demuestren su compromiso social con una causa relacionada con el COVID-19 o desarrollo de su región. Esta es la parte ñoña de siempre.

Por otra parte, no debe haber estado casada o haber tenido un matrimonio anulado. Nunca debió haber tenido un hijo, ni ser madre o tutora de persona adulta o menor.  O sea, nada de “Señoras Amazonas” aquí.

Lógicamente, debe ser colombiana y residir o haber residido en el país durante un periodo de al menos seis meses. Debe, además, pertenecer al departamento que representa y tener al menos 18 años pero no menor de edad. Sigue lo usual.

La aspirante, también debe contar con buena salud mental y física. Nada del otro mundo, ¿no?. En cuanto a la parte física, es un requisito que la estatura mínima sea de 1.70 m, estando descalza. Bajitas que solo iban de paseo a Cartagena, no.

No haber participado en Miss Universo anteriormente. Sí, aquí no vale la reelección.

Dentro de los requisitos, se puntualiza en que la candidata no debe haber posado para fotografías o videos desnuda, modelo webcam o material de contenido lascivo o haber sido condenada por algún delito. Siguen tan ñoños como Raymundo.

Además, no debe tener contrato que permita el uso de su nombre, voz o imagen nacional en relación con algún producto comercial.

Otro de los puntos mencionados por ‘Miss Universe Colombia’ y que fue objeto de críticas y comentarios negativos es que la candidata debe ser mujer y no haber cambiado de sexo. Estamos lejísimos de un fenómeno como el de Ángela Ponce por España.


Finalmente, debe tener un nivel mínimo B2 de inglés. Para que luego no estén quejándose que “perdimos por usar intérprete”

Muchos comentarios no tardaron en reaccionar en las distintas redes sociales con respecto a los requisitos para participar del concurso, pues muchas personas consideraron que “no era incluyente”[4]. Y es que ni con Raymundo Angulo lo era. Esto no es más que un “quítate tú pa´ponerme yo”, como el que ya vivió la CCNB entre 1981 y 1982. Sí, fijo ustedes ni se acuerdan que por dos años, el Concurso nacional de Belleza no pudo mandar su candidata a Miss Universo por no tener los derechos de la franquicia, y les tocó enviarla al Miss Mundo, franquicia que desde 1992 también perdió la CCNB, y que hoy pasa sin pena ni gloria, muy a pesar de que el Miss Mundo es un certamen más antiguo que el Miss Universo (un año de diferencia) y que, inclusive, en su última edición tuvo más candidatas (111) que el Miss Universo ( tan solo 90)
Entre los cambios figuran que “podrán participar candidatas que hayan competido en otros concursos, sin importar si ganaron o no; la no limitación de hablar de temas como sexo, política y religión, pues las personas tienen derecho a su libre expresión, y que los medios les puedan preguntar sobre estos aspectos. Inclusive, manifiestan que no importará si han posado en ropa interior.Por supuesto, habrá un filtro para verificar la información que entreguen las aspirantes, aspectos que se ajustan en estos momentos.
No nos digamos mentiras: De nada vale llorar por un certamen como el Concurso Nacional de Belleza, que se había vuelto un coñazo completo. Anquilosado en un ideal de belleza pasado de moda, que poco evolucionó, y encima, monopolizado por RCN, que en tiempo reciente, a pesar de los buenos resultados en el certamen Universal, lo volvió un formato acartonado al que los cartageneros en especial y los colombianos en general  le perdieron el cariño que tenía en tiempos de Doña Tera (qepd). Llevándose los eventos a otras ciudades, volviéndolo una suerte de reality ñoño y sin gracia, poco a poco se fue matando la gallinita de los huevos de oro, hasta volverlo un evento denostado, hortera, con veladas largas e infumables[5]. La competencia de la televisión por cable, el internet, las plataformas digitales como Netflix y HBO, y las redes sociales, han logrado que la noche de la coronación sea solo un programa más[6] que hasta El Rastro le barre en rating. Y es que, como lo hemos dicho en otros posts, ya el Concurso Nacional de belleza no es la plataforma para hacerte famosa que era antes. Ahora, hasta con un video viral, y sin necesidad de hacer dietas extenuantes ni someterte a la estricta disciplina del CNB puedes serlo. Es que ya ni Minicromos hay! Ese reinado truncado del  2016 y el celebrado en 2017 en marzo fue uno más de los clavos de ese ataúd en que se convirtió el destino del CNB. Con todo, tengo mis reservas sobre esta nueva etapa, que puede ser crucial para ambas organizaciones: La nueva que con el poderoso caballero que es don Dinero se ha hecho con los derechos de la franquicia, y que se la llevará a la vecina Barranquilla. Y la otra para la misma CCNB, quien sin el premio mayor del Miss Universo, tendrá serios problemas para hacer valer su tradición de más de 80 años. Por ahora, hay una reina elegida cuya ilusión de ir al Miss Universo (cuando se pueda) se ha truncado. Eso no lo indican los indicadores.