Por las huestes de la telerrealidad, La
Voz Senior regresó con una segunda temporada que falso mensaje
de tranquilidad le ha dado a un canal Caracol aparentemente invencible, pero
que ha enflaquecido día sí y día también, cediendo en más de una ocasión su
inmerecido liderato, cuando es poco más de lo mismo, con un leve cambio de
jurados para asumir el curso del 2022, pero denotando el más que obvio desgaste del bucle
realitero del canal de la Floresta ¿De verdad pensaron que podrían
embutirnos dos temporadas de flores de
un día de la música – la versión Kids y esta- y salirse con la suya? Y se
vienen cosas peores, dice la Biblia… porque si nos vamos a empatarla con La
Descarga, que será el desembarco en el canal del molusco de la tristemente
célebre Marbelle, serán ya tres concursos de canto consecutivos, y eso nunca ha
dado buenos frutos.
Personalmente, creo que demasiada Voz la
deja afónica, pues para nadie es un secreto que, tras el final de cada
temporada, al libro del olvido pasa su ganador ¿Dónde están las carreras de sus
ganadores de la temporada de adultos (2012 y 2013), de las tantas Kids o
de la única Teens? Más allá de salir en el matutino de sofá del canal
Caracol, poco se sabe. Y que hasta Noticias Caracol les haya
superado en algunos días o que Leandro le respire en la nuca (Marce),
nos demuestra que algo está fallando en la Floresta, que se les creció el enano
y al emperador ya lo están viendo desnudo.
Peor suerte ha corrido el reencauche durante
los fines de semana de Duro contra el mundo, esta vez con Maleja
Restrepo, Frank Martínez y Jhonatan Hernández al frente. Tan mal les ha ido,
que han hundido por debajo de los tres puntos la franja sabatina de RCN, algo
que ni las soporíferas temporadas de Factor X de 2021 y 2022 habían
logrado. Es más que anecdótico el fugaz paso de Yina attention whore
Calderón en el elenco de participantes, y la petición de Restrepo en sus redes
sociales para que sus fans la vean y no cancelen el formato es ya digno de pena
ajena. Y eso que este programa hecho por y para chimpancés, con sus pruebas ridículas
y predecibles desde el vamos, no compite precisamente con un dechado de
virtudes, sino con el humor caduco de cinco décadas de Sábados Felices. En
el canal de las tres letras creían ver en él su bote salvavidas, y en realidad
les llegó una pesada ancla.
La reina de Indias y el Conquistador ha despertado solo bostezos del respetable, siendo superada, incluso, por las repeticiones de Café con aroma de mujer (versión 1994) y del remake nacional de Dónde está Elisa. Si ya en Caracol venían mal con El cartel de los Sapos, el origen, esta producción los terminó haciendo perder la franja de las 10:30 pm que tanto creían asegurada. No los culpo. Esta patada en mala parte al rigor histórico protagonizada por el español Emmanuel Esparza y la puertorriqueña Essined Aponte (¿tan mal estamos de protagónicas femeninas?); con el primero de ellos siendo participante de la más reciente temporada del Masterchef Celebrity de la Madre Patria, tuvo nula promoción (algo poco habitual en un canal Caracol que empacha hasta el hartazgo antes que promocionar), y aunque algunos se lo achaquen al mal horario, lo cierto es que ya la máquina viene haciendo humo desde la fracasada bionovela de Vicente Fernández y su coequipera precuela del Cartel.
Por más que se abuse de las licencias históricas sobre la relación
de la India Catalina y Pedro de Heredia, fundador de Cartagena, cuando el
producto tiene el carisma en el subsuelo, poco o nada se puede hacer. La trama inicia en 1519, con este live
action de poco presupuesto de nuestra Pocahontas nacional. Le
rescatamos la fotografía y parte de los grafismos, pero la estructura del capitulo
debut poco o nada hizo amable la historia, con esas tramas paralelas entre
Catalina en el Nuevo Mundo y Don Pedro y sus aventuras en el Viejo Continente.
Pero las escenografías parecen recicladas de bodrios como Siempre Bruja
o Las Villamizar. Muchos acentos españoles se notaban forzados, incluso
para actores de dicha nacionalidad. Yo le perdí el respeto a la escena de la
pitonisa, que vendría a ser el proto viento de la Rosa de Guadalupe para el
adelantado ibérico. Una trama predecible desde el inicio no ha ayudado al canal
de La Floresta, y desde ya se anuncia tijera a un producto que daba hasta risa con
su narración en off de un personaje que se creía que ni siquiera sabía
hablar lengua castellana.
Entre sombras tenía
la dura tarea de remontar las desastrosas cifras que dejó El Rey y ha
fracasado en el intento. El efecto licuadora de cuanta tombonovela
de ambos lados del espectro televisivo nacional, de Verdad oculta a La
ley secreta, pasando por Comando élite u otras de menor recordación
es innegable. Tan es así, que uno de los protagonistas de la primera mencionada
(Rodrigo Candamil) participa en esta. Con esta producción, Margarita Muñoz se
ratifica como La Mujer de Lot 2022, tras su fracasado protagónico en
Caracol con esta producción y el de Dejémonos
de Vargas en RCN.
El episodio debut comienza con dos líneas
temporales, el del personaje de Magdalena (Muñoz) en su infancia,
perdiendo a su madre, siendo abusada por su padrastro, quien la separa de su
hermano menor, y luego ella misma puesta en edad adulta al frente de un grupo
élite de la policía a cargo de un caso de una menor desaparecida y
posteriormente hallada muerta. A ella se le une un elenco de personajes como el
de Flora Martínez como Julia, una científica forense con un pasado
sentimental difícil y una aún más que complicada situación laboral. Sin embargo, este C.S.I. low cost se diluye en casos con los que
nadie consigue empatizar con ningún personaje, poco auto conclusivos y que
pierde fuelle de lo densa que es su trama desde antes de la mitad del episodio;
y eso que Caracol tenía en sus huestes a Tu Voz Estéreo o Mujeres al
límite. Como se notará, no es un halago la comparación. El rigor jurídico
tampoco brilla en esta producción, y eso me hace perderle totalmente el
respeto.
Respeto que tampoco me despierta su rival de
horario, Leandro, la antes aplazada bionovela – recordemos que
figuró en la promoción de producciones del canal de las tres letras para 2021 y
solo hasta ahora sale al aire- del
juglar vallenato protagonizada por el cantante Silvestre Dangond, quien regresa
a las filas de Las Américas tras presentar Un minuto para ganar o ser
jurado de A otro nivel en Caracol hace unos años. Su historia comienza
en 1952, esta vez ( y es de lo poco qué agradecer) no con su infancia, sino con
su competición en el Festival de Acordeones de Fundación (Magdalena), pero ver
que ni siquiera se filmó en dicho municipio es un completo turn off para
mí.
En medio de las terribles sobreactuaciones de
Laura de León como Matilde Lina, George Slebi como su esposo en la ficción o las
de Jair Romero o Mario Espitia; es sorprendente cómo, a pesar de debitar
perdiendo contra su rival de patio, remontó y hasta ha puesto en aprietos a las
ficciones actuales de caracol, llegando a liderar inclusive durante pocos días;
muy probablemente arrastrada por la fanaticada de Dangond, cuyo personaje, a
diferencia de cualquiera en Entre sombras, es tremendamente memeable,
y quiéranlo o no, a pesar de lo tremendamente trillada de la fórmula de la bionovela
(padre maltratador, familiar sobreactuada, antagónicos aun mas cartoony
y un larguísimo etcétera de lugares comunes en cuanta bionovela de cantantes
costeños se haya hecho), eso vende mucho y al menos le ha servido a los de las tres letras para
plantar cara a meses -o años- de inmerecido liderato de los del molusco.
Aunque liderar con cifras ridículas por debajo
de los 10 puntos de rating no es precisamente un gran logro, y menos con la enésima
bionovela, es parte del revulsivo que necesita la televisión nacional para
hacer mas atractiva la competencia y no el monótono cuadro de honor que lograba
la chequera del canal de los Santodomingo. Porque sí, ya va siendo hora de
abrir el melón del enorme presupuesto que se gastan en Caracol para volver noticia
en redes sociales y canales curatoriales de contenido hasta por si los actores,
presentadores o jurados de sus programas estornudan. Las focas que se
consideren aludidas, favor diligenciar el formulario de reclamaciones…
Vayamos a propuestas de Señal Colombia
mucho mejores: Nación Rebelde es un documental que RTVC hace en
formato multiplataforma sobre cómo surgió el rock colombiano, desde los
cincuenta, en los albores de la Radio comercial colombiana, hasta nuestros
días. Muestra lo que documentales como Rompan todo no muestran
seguramente por no estar alineados con el eje Buenos Aires-Ciudad de México
habitual de nuestras latitudes. Ha sido un loable trabajo de archivo del
Sistema de Medios Públicos, que rescata voces que hoy ya no nos acompañan y
material del Concierto de Conciertos o de las primeras bandas colombianas,
siendo una atractiva alternativa dominical al vetusto bloque de magacines de
Caracol o a la defenestrada Dejémonos de Vargas de RCN.
Otra propuesta dominical de Señal Colombia que
recomiendo revisitar es El Coronel en su laberinto, que es un
formato de entrevistas a cargo de Juan Carlos Coronel con destacados músicos
latinoamericanos, como Wilfrido Vargas o El Puma, por solo citar algunos. Un
formato que debería explotarse mucho más o que pide nueva temporada. Me hizo
recordar el ya lejano Cante aunque no cante del finado Jimmy Salcedo, sobre
todo por su forma amena de conocer a los artistas invitados.
Ambos formatos reseñados en los dos párrafos
inmediatamente anteriores luchan por ser el Rescatado de nuestra
saga de Los años tenebrosos por el 2022, quizás sea hora de
culminar la misma…