Lo que no indican los indicadores Desafio, Canal Uno y AEM from Pink Sauce TV on Vimeo.
Decía el autor Guillermo Zafra en su libro “El reality en Colombia, un género de telenovela” que los reality shows surgen como género a finales de los noventas, pero hunden sus raíces en formatos de diverso tipo como los talk shows, las cámaras escondidas, las series documentales, entre otros. Pero en nuestro país, donde el género de la telenovela está tan difundido, parece que el asunto va de volver lo que debería ser una competencia de supervivencia y pruebas físicas exigentes en un vil sainete de villanos sobreactuados y tatuados como Osmin o con drama queens que sufren porque los miembros de ese equipo que no gusta de ellos no les da una ración de comida. Y es que, en nuestro país, los realities se comportan cual vil telenovela más: Mientras a nivel mundial se emiten estos formatos uno o dos días a la semana, aquí todo tiene que ser un largo melodrama barato de lunes a viernes rigurosamente.
Comentaban en el mismo libro que el fracaso de Gran Hermano en su primera edición en canal Caracol se derivó del éxito que tuvo Protagonistas de Novela 2, y no precisamente porque compitiesen en horario (que también), sino porque el “papá de los realities” a nivel mundial poco pudo hacer para competir con la libreteada convivencia de la Casa Estudio donde la gente vestía con camisetas negras con sus nombres. Habían perdido ese factor de diferenciación que hicieron a este concurso de convivencia algo atractivo en el resto del mundo. Pues bien, parece ser que Caracol ha devuelto el favor a sus rivales de patio, y allí donde Protagonistas de Nuestra Tele tuvo éxito, desde 2013 edificó el renacer de la franquicia Desafío, la cual, a pesar del evidente desgaste de 14 años ininterrumpidos de emisión, y con no pocas temporadas a la zaga en rating (2007, 2010 y 2011), sigue marcando lo que las directivas del canal de La Floresta necesitan para darle visto bueno a una temporada más en 2018.
Hoy, sin ruborizarse al menos, puede decirse que Sebastián Martino (productor del Desafío) aprendió todo los trucos que hicieron exitoso al formato de la competencia: peleas de gatas, fiestas con exceso de alcohol para que los participantes pelen el cobre (Desafío África) agresiones entre participantes (Desafío India), participantes que se hacen los sufridos para inspirar lástima en el público (Desafío Cap Cana), reingresos a diestra y siniestra, etc.; todo lo cual desvía la atención de lo importante: que las pruebas son la repetición de la repetidera, que de Cap Cana no sabemos mayor cosa que cuando se llevan a los concursantes a disfrutar del premio de ganar Playa Oro, y que estos “Super Humanos” no son más que los maniquíes de cuerpos esculpidos en gimnasios y tatuados porque sí y porque no, con los que Caracol lidera, en presencia (o más bien ausencia) de un rival débil, cuyo ganador del reality de turno ya se conoce desde mucho antes de emitirse.
Lo ocurrido con Oscar, ex integrante equipo Vallecaucano y metido a los empujones en un equipo santandereano que tampoco era ni chicha ni limoná, es cosecha del libreto más retorcido de Martino y compañía. Parece que repitió lo que pasó con su tocayo de apellido Naranjo en PDNT del 2012: Lo han reingresado quien sabe ya cuantas veces, lo han vuelto el patito feo que inspira la lástima de los concursantes de otros equipos y del respetable y con ello, cautivan a una audiencia que para nada le importa ver que este desistió de competir en un reto donde podía garantizar su permanencia donde estaba y les condenó a su desmembramiento como equipo. Si algo sabemos del Desafío, es que las drama queens y los villanos de la convivencia no ganan. Llegan lejos, eso sí, porque las exigencias del rating así lo exigen. Pero ¿Para eso querían “Super Humanos”? ¿Para hacer este culebrón sobreactuado? ¿Qué fue de ese tiempo en que en este reality se podía apuntar una persona del común?
Por otra parte, a veces no entiendo qué pasa por las mentes detrás del canal Uno: amén del preocupante reciclaje de figuras, principalmente de cierto canal de desprestigiada imagen de cuyo nombre no quiero acordarme, ahora vemos algunos televidentes, con preocupación, que permanecen o regresan a sus pantallas los mismos programas de telepredicadores, que en un video precedente pedíamos que no regresaran. Entiendo la libertad de cultos, pero la TV es un negocio, y en este caso, es obvio que el contenido de estos formatos, que es un soberano ladrillo, no es el mejor para atraer audiencias ¿O ustedes creen que un niño que, por ejemplo, un domingo tenga a la mano propuestas como una película animada o una comedia en los canales privados, se va a quedar viendo un programa de cierto movimiento religioso? ¿Cierto que no? Además, la historia de estos formatos de telepredicadores la sabemos: ocupan un espacio y se oponen a otros espacios, como el anime, al cual “censuran” en sus contenidos. Ya lo vivimos en los privados. Además, si el Uno quiere fortalecer audiencias, los telepredicadores espantan más audiencia que la que generan. Lo que se invierte en el rebranding del canal se pierde con estos formatos, tan antipáticos al público general. Además, si es por rellenar horarios, ¿Cuánto nos falta para el retorno de las televentas?
Finalmente, analicemos Alguien está mintiendo, la nueva propuesta de cierto canal de tres letras en el horario de las 9 de la noche…o más bien, de cuando pueda comenzar, porque en realidad vino a comenzar, en su estreno, pasados más de 5 minutos después de dicha hora.
Sorprende el título de este programa en un canal que ya se está especializando en lo que ahora quieren llamar “postverdades”. No sé cómo pretenden ganar rating a sus rivales de horario, si son casi una copia calcada de los formatos de ellos. Concretamente, AEM parece una copia barata de El Rastro. Porque es casi la misma estructura: un crimen de por medio, entrevistas a personas claves del hecho y extractos de noticias. Buscan confrontar esas versiones encontradas. Pero parecen el reciclaje de historias de 4 caminos, el programa que le antecede. Es más, el escenario oscuro del episodio debut recuerda el debut de 4 caminos, que hoy parece seguir el mismo periodismo de historias hechas persiguiendo a entrevistados tan propia de Séptimo día ( normal, si reciclan gente que trabajó con Teodoro y compañía).
No niego que la historia de Dorancé Herrera, un asesinado periodista de Caucasia podría ser interesante (sobre todo si usted está cansado del amarillismo de Séptimo día) , pero ¿Esto es lo que queremos ver un domingo en la noche? ¿Más historias de crímenes? ¿No hay otras perspectivas para este horario? ¿O esto solo es un escampadero de aquí a que lancen la nueva temporada de PDNT? ¿Qué fue de esa televisión dominical que entretenía? ¿No es posible volver al humor político o a los seriados?
Produce un poco de risa que un canal que hizo hasta lo imposible para censurar mi canal en Youtube ahora quiera tener esa pose hipócrita de defensor de la libertad de prensa.
Yo si decia que pasaba algo raro cuando no encontre tu canal de Youtube, pero mijo cual oposicion venezolana, si lo quieren callar por los canales salen las redes sociales y asi, esta fregado RCN si no sabe lidiar con ls criticas que buena falta le hacen a ver si mejoran.
ResponderEliminarLes hace falta quien les critique y al menos para hacerlo se tenga que ver el programa debut.
EliminarComo hago para encontrarte y mirar todo lo que subes por acá, es que siempre que quiero ver si has publicado algo nuevo te go que entrar a gmail y buscar una de las respuestas que me enviaste en algún momento y darle click y así me lleva hasta este sitio.como le hago para que me lleguen tus vídeos así como cuando estabas en youtube. Gracias
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