2019 ha sido un
año televisivamente atípico, pero no por la calidad desbordante de lo
programado, sino por todo lo contrario: a casi 21 años de la puesta de largo de
la televisión privada, Caracol empieza a sentir el desgaste de ese fementido
liderato que hasta ahora parecía infranqueable, y lo más irónico es que lo sea
a manos de la cuarta repetición de
una telenovela de hace 20 años.
Es eso y más nada lo que motiva el precoz lanzamiento de Las muñecas de la mafia 2, cuyo delay en su estreno en Netflix bien puede explicarse en lo que sucedió con quien hasta el viernes ocupaba la franja de las 10 p.m. en el canal del molusco: ¿Qué sentido tenía ver un producto tan flojo en el late como María Magdalena, si se le puede ver, de un tirón si quiere, en el horario que mejor le convenga?
Es eso y más nada lo que motiva el precoz lanzamiento de Las muñecas de la mafia 2, cuyo delay en su estreno en Netflix bien puede explicarse en lo que sucedió con quien hasta el viernes ocupaba la franja de las 10 p.m. en el canal del molusco: ¿Qué sentido tenía ver un producto tan flojo en el late como María Magdalena, si se le puede ver, de un tirón si quiere, en el horario que mejor le convenga?
Caracol traicionó
una de sus reglas hasta hace poco establecidas de sostener invariable en
parrilla un programa, así no lograra el top 5 de audiencias, solo por superar a
su rival de horario, la ignota La Guzmán,
acabada a los escobazos el pasado domingo. Dejo constancia, para desagrado de
la bodega de focas de Caracol, que eso que tanto criticaron de RCN, es justo lo
que están haciendo con la soporífera biblionovela:
Corriéndola para más tarde, allá donde nadie la vea, cual chofer de buseta.
Y eso que el
Canal RepetiCióN apela a retransmitir
una de sus últimas telenovelas con buen rating en este horario, como lo es Lady, la vendedora de rosas, pero las
cifras del refrito-debut demostraron que ni el arrastre de Betty les iba a servir. Pero si por Las Américas llueve, por La
Floresta realmente no escampa: a la modorra que ya produce Desafío SuperLesiones, digo, SuperRegiones
y su dilatado sistema eliminatorio, se une la cada vez más fría recepción
que empieza a generar Un bandido honrado
en el respetable. Y eso que desde el 2001 todos sabemos que Betty va a destapar
el engaño de don Armando entregando el informe sin maquillar, se va a ir a
Cartagena, cambiará su look, regresará a Ecomoda, propondrá nuevas estrategias
comerciales, se reconciliará con Don Armando y se casará con él. Oops, se me
fue el spoiler…
Vayamos a la
segunda parte de Las Muñecas.
Lastimosamente, lo que hizo notoria a la primera parte, no se verá del todo
reflejado en la segunda. Creo que esa es la regla general de las segundas
partes, desde El Quijote. Esta
segunda parte comienza en Paraguay (¿Es que Miami estaba muy trillado? ¿O el
presupuesto no daba para más?), con Lucrecia dándose la dolce vita, con toyboy incluido,
siendo una suerte de Madame Rochy que
revela “los secretos de la mafia”, siendo fuertemente criticada por una
presentadora. Pero siento decirle a La
Diva de los Colombianos, que el suyo es, de lejos, el personaje menos
construido de todos los de Las Muñecas.
Lucrecia es Amparo Grisales prácticamente as
herself. Se tenía que decir y se
dijo. Ah, y como no, escenas en flashback
de la primera parte, en blanco y negro ¿Hasta cuando el recurso del flashback en un primer episodio?
Y buena parte de
lo cuestionable de esta segunda parte también viene por los conflictos
contractuales de la producción: Aunque algunas de sus protagonistas femeninas de
la primera parte fallecieron en la ficción,
en el caso de Brenda, su papel pasa de ser representada por Angélica
Blandón por una más insípida Paola Rey. Como diría su colega Grisales en el
concurso de imitación de cantantes, de cuyo nombre no quiero acordarme, lo siento, Paola Rey, NO TE LLAMAS BRENDA.
Ni esa injustificada escena de ella bañándose ni el sobreactuado operativo
policial respecto de ella en el pueblo que en realidad era una delirante
serenata con pedida de mano sirven para tomarla en serio. Le falla el acento, el
carisma, la chispa…
Del personaje de
Olivia (Catherine Escobar), parece que, en lugar de evolucionar actoralmente 10
años, se estancó. Su salida de la cárcel, reinado de reclusas de por medio, es
aun más sobreactuada que la del Bandido
honrado de la franja de las 9.
Y mientras
tanto, plomo y más plomo en escena… pero todo es fingido, es la entrada del
personaje de Carla Giraldo, quien es una actriz contactada por un mafioso. La
vida imita al arte (en un uso demasiado liberal del concepto arte) ¿Esta segunda parte de Las Muñecas acaso es la bionovela
encubierta de Heidy Bermúdez?
De Paula
Barreto, mejor ni hablar. Ya a estas alturas del episodio debut he bostezado
tanto, que me da igual. Su papel de una abogada defensora en los “Juzgados
Penales nacionales” (ni esto son capaces de hacer verosímiles) parece escena de
descarte de La ley del corazón. Por
cierto, señores libretistas: Para que quede asentado lo que dicen los
intervinientes en las audiencias penales
en los sistemas de grabación, las partes (fiscales, defensa, etc.) rara vez se
ponen de pie durante la misma, se quedan en sus puestos. Lo demás es fantochería.
Tanta como su secuestro en pleno parqueadero. Es más coherente un libreto de La Rosa de Guadalupe.
La cereza de
este postre de modorra fue esa escena con carruaje incluido de la boda
cancelada de Brenda y el policía, en la que hacen aparición los lavaperros de
Braulio, en plan aguafiestas, con una llamada del traqueto. Giro demasiado
predecible. Yo me pregunto ¿Para qué nos
quejamos de la estigmatización de nuestra sociedad, si llevamos años sin dejar
de hacer una traquetonovela? ¿2019 es el nuevo 2009?– porque tenemos en
pantallas a Germán y de nuevo al
traqueto Braulio- Pero algo se ha perdido, y
es ese intro musical candoroso de la
primera parte, hoy reemplazado por uno sombrío y flojo. Tal vez eso explique
ese incómodo debut en cuarta posición de la tabla de ratings, superado,
incluso, por la telenovela de Fernando Gaitán, que sigue en lo más alto de las
tablas de audiencia, en buena parte, por el suspenso
de la junta donde Betty desenmascara a don Armando (y eso que este programa,
literalmente, ha sido visto por Raymundo y medio mundo desde hace años). Y se
han leído muchas críticas en redes sociales a que ello se debe a la falta de
gancho de Rey y a que se perdió ese sabor que le daba el tema de Bomba Estéreo
en la voz de Li Saumet.
En resumen, allá ustedes si caen en este canto de
sirena de Caracol, con este producto de ínfima o nula calidad. Ya basta de
traquetobobelas, ya no más segundas partes malas. No más de hacer un personaje
melodramáticamente redituable al narcotraficante. Estas muñecas
no sirven ni para vudú ¿De verdad, esto era lo que nos merecíamos, 21 años
atrás, cuando apenas despuntaba la televisión privada en Colombia?
Mi querido Pink: eres un sol, no me cansaré de leerte nunca. Esta novelucha es un asco. Es una desgracia el circulo vicioso en el cayó la televisión y el cine mundial. Ya la creatividad se acabó, todo ya está inventado y por ahora solo quedan dos caminos: o volver a pasar las producciones del año 1.998 para acá o sacar segundas, terceras y más partes de historias que ni siquiera la primera parte debió existir (Las Fufurufas de la Mafia) o como tu lo dijiste, de historias rídiculas y sin sentido que ya no dan para más (El Manteco es Germanteco). Sacando tantas partes de lo mismo, ta se creen Rápido y Furioso y éste comentario, de mi parte, no es un halago. Yo prefiero que vuelvan a pasar Los Cuervos, Música Maestro, En Cuerpo Ajeno o comedias como Don Chinche, La Posada, Romeo y Buseta, La U (con el entrañable, inolvidable y desaparecido Diego Àlvarez), adapataciones como hicieron con La Casa de las Dos Palmas, María o La Vorágine, a que pasen esa porquería ñeri-robo-lesbi-gaminoide de la vida de la tal Lady Tabares que nunca pasó de ser una ñerita a la que la vida medio le sonrió, pero que no supo aprovechar su cuartico de hora y que RCN con su bionovela nos la quiere venir a embutir como su fuera la vida de una socialité criolla. La tales fufas de la mafia opino que cada actriz está haciendo as-her-self. No veo ninguna diferencia entre lo guisa que es Paola Rey en la vida real y su papel de coimita pueblerina, o Carlita Giraldo, haciendo siempre de Femme Fatal (que no tiene nada de Femme y mucho menos de fatal; o si, fatal es su forma de actuar y que se crea la Nicole Kidman colombiana, pero negrita y con los ojos cafés), Amparo Grisales....ayyy Dios, solo en un país como Colombia, una vieja como ésta ruca es considerada una Diva. Me encantó tu juego de letras: RepetiCióN. Muchos corazones para mi Pink Sauce....se te quiere. Bendiciones.
ResponderEliminarMi Pink hermosa, total. A la cadena del molusco le pasó lo de Disney, se quedaron sin ideas...buen a la cadena amiga también, pero ellos juegan con el sentimiento...no. Traquetonovelas de una sociedad traqueta (de closet) rules. Un abrazo. Juicio.
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