domingo, 21 de julio de 2024

Review Betty la fea, la historia continúa y Pedro el escamoso, más escamoso que nunca: Dos revivals forzados por la mercadotecnia

Desde este mes de julio, en las plataformas de streaming de Amazon Prime Video y Disney plus, el mundo podrá ver las secuelas de Yo soy Betty la fea y Pedro el escamoso, respectivamente. Las telenovelas insignia de RCN y Caracol dan el salto a un mundo que, 25 o 23 años después de su emisión original, ha cambiado muchísimo, pero ambos canales privados se niegan a aceptarlo.

Comencemos este estudio con los de Las Américas, siendo que en el primer episodio de los 20 que tendrá esta producción tuvimos un resumen de dos minutos de los 335 episodios que tuvimos en pantallas originalmente entre 1999 al 2001, y que nos fuerza a preguntarnos si Ecomoda es canon o no, y yo digo que sí lo debe ser, aun con sus libretos forzados, su pésimo timing de programación y sus conflictos mal estructurados.

La producción inicia, como ocurrió en 1999, con un plano secuencia en primera persona desde el punto de vista de Beatriz Aurora Pinzón Solano, esta vez en el sepelio de don Roberto, el padre de Don Armando. Una nota al lector; en este capitulo inicial va a usted a ver mas muertos fuera de pantalla que nunca: A las partidas de personajes como Inés, Doña Catalina, El Cheque, por la muerte de sus actores (QEPD), la trama nos indica que ambos padres de don Armando no están vivos. Bueno, nos quedamos sin mas episodios de doña Margarita preguntando qué está pasando o sin entender nada de lo que ocurre…

Pero la ausencia que más se nota es la del mismo Fernando Gaitán, quien debería estarse revolcando en su tumba de ver cómo se exprime innecesariamente la producción que puso en el panorama televisivo al entonces incipiente canal de las tres letras.  Y se le exprime con pequeños arcos argumentales ininteligibles como el relativo al carro de la Peliteñida o que esta volvió a Ecomoda, cuando parecía claro desde el final de la primera parte que esta se había ido con Marcela, por la ausencia de ambas actrices en Ecomoda. Sin mucha fórmula de juicio nos indican que el personaje de Daniel Valencia murió en la cárcel por unos presuntos malos manejos, y ello se presta para la primera contradicción del libreto ¿Por qué Marcela le reclama a Armando que Daniel era lo único que le quedaba a Marcela, si existe María Beatriz, quien sigue estancada como personaje sin mayor aporte a la trama y a quien vimos minutos después?

Otros personajes que parece que no evolucionaron para nada son Nicolás o Mario Calderón ¿En estos tiempos Terramoda negociaría con criptomonedas? ¿No aprendió nada Calderón del movimiento #MeToo? En cambio, otros personajes como las dos del Cuartel de las feas que persisten del elenco inicial las desfiguraron en el revival: ¿Bertha hablando de cosas esotéricas, que eran más propias del personaje de Mariana? ¿Era necesario dizque sacar del closet a Sandra y hablar de que iría al Orgullo en San Francisco, cuando Yo soy Betty la fea no necesitaba ninguna inclusión forzada de personajes LGBTIQ+, aun siendo Hugo Lombardi el cliché del cliché?

Escenas que se hacen odiar y todas las del personaje de Camila, la hija de Betty y Armando: UN PERSONAJE SENCILLAMENTE DESTESTABLE, en mayúsculas: Mal construido, pésimamente sobreactuado y contradictorio desde el vamos ¿desprecia ir la icónica casa azul materna, pero a la primera discusión con el padre, prefiere irse con Marcela y no con Betty? Lo mismo le cabe decir a la escena donde Betty le  tira el carro a don Armando.

El núcleo del conflicto es el video testamento de Don Roberto, donde asigna sus acciones de forma tripartita a Armando, su nieta Camila y pone como condición que Betty asuma la presidencia. Este testamento, que se venía anunciando desde el tráiler, resulto tremendamente anticlimático, solo nos demuestra que Ecomoda sigue siendo el especio con el ambiente laboral y empresarial más toxico que Chernóbil en 1987. Ese beso en el ascensor entre Betty y don Armando borró de un plumazo cualquier intención de avance melodramático, sobre todo después del ingreso a escena del personaje de Zharick León, quien nos demostró que nunca debió ser una opción para personificar a la propia Betty hace 25 años. La carta de doña Julia – que también mataron fuera de escena-  y el retorno de la Betty mal arreglada y peor vestida traiciona todo lo que supuestamente Betty aprendió con doña Catalina en Cartagena. Una clarísima involución.

Pero si por Las Américas llueve, por La Floresta no escampa: Pedro el escamoso, más escamoso que nunca también nos viene a hacernos preguntar si Como Pedro por su casa es canon o no. Pedro Coral no evoluciona nada desde hace 23 años, sus aventuras en el extranjero, lejos de producir risas, producen bostezos, pero eso poco importa en una producción que seguramente chupará rueda del inmerecido éxito del programa de telerrealidad de la casa del molusco, o porque el público es tan mono neuronal que le dará inmerecidamente rating a una historia cuyos 23 capítulos ya subieron a Disney Plus y no necesitan verlo en Caracol – una sutil diferencia con sus rivales de Amazon, que solo subieron dos de los episodios y subirán los 18 restantes cada viernes -.

La llegada de Pedro vaciado y deportado a la casa de su hijo también recurre al flashback de lo ocurrido en la producción del 2001, pero que se siente tan desgastado como el outfit del Pirulino: la única camisa y el único pantalón. La veta de revivals innecesarios la abrieron desde Pasión de Gavilanes 2 y no parece que tendrá buen destino. Sus predecibles conflictos con un hijo más blanqueado que Michael Jackson – pues no le representa el mismo actor que en su momento, efecto Ramoncito de Dejémonos de vainas/de Vargas puro y duro- , quien de por si tiene lo suyo en un ambiente laboral donde las apariencias pesan más, son el plato que abundará en esos 23 episodios, donde Coral dará mal final  a su amor por la doctora Paula y lo tendrá con Fernanda (Ana María Trujillo).

Gaitán, el personaje de Bayona, sigue con sus clásicos amaneramientos, y demuestra que por él tampoco ha habido evolución, como pasa con su contraparte Hugo Lombardi – apuesto que estos ni siquiera se habrían casado, y eso que desde hace 10 años, personas como yo dimos la batalla jurídica porque eso ocurriese –

En conclusión, parafraseando un diálogo de la película Inteligencia Artificial, a veces es mejor no forzar las líneas temporales de una producción dramática después de su final, por más exitosas que hayan sido, púes estos libretos parecen hechos por ChatGPT®.