Justo el día del
fallecimiento de Fernando Gaitán (1960-2019), libretista de grandes éxitos
televisivos como Café, con aroma de mujer,
Yo soy Betty la fea o Hasta que la plata nos separe (esta
última rescatada de Los años tenebrosos
de la televisión colombiana: 2006), llega a nuestras pantallas El
Bronx, la nueva producción del canal Caracol para el horario de las 10
de la noche. Este horario, que antes era de los más apetecidos por las ya
desaparecidas programadoras, hoy se ha vuelto el gris destino de producciones infumables
de plomo-plomo-plomo, donde
romantizan a la delincuencia como universo narrativo. Lejos estamos de
productos frescos como lo fue La Nocturna,
que, hasta el innecesario alargue que tuvo, planteaba una historia lejana a
esos cánones que hoy abundan en ambos lados del espectro privado, aunque RCN no
produce ni bostezos con la horripilante versión mexicana de Rosario Tijeras (que parece recomendada
por el peor enemigo del canal de las tres letras).
Esta telenovela, producida por
Fox Telecolombia, pretenderá contar varias historias que ocurren dentro de la
peligrosa zona de Bogotá. Pero como buen melodrama, la historia de amor
principal será la de Juliana y Andrés, interpretados por la venezolana Rosmeri
Marval (¿tan mal estamos de protagónicas femeninas o nos invadieron ya las
venecas?) y José Julián Gaviria, cuyos personajes estarán inmersos en este
mundo marginal y lucharán para escapar de él. Es un producto de Fox
Telecolombia para Caracol, escrita por Gustavo Bolívar y dirigida por Sergio
Osorio. Otros de los actores que tendrán
gran importancia en la historia serán Rodrigo Candamil, Natasha Klauss y Ramiro
Meneses. Muy curioso, Candamil a las nueve de la noche en RCN en La ley del Corazón 2, y ahora en este
lado a las diez de la noche. Nuestro star
system criollo es tan escasito… serán 80 insufribles capítulos con una
trama supuestamente inspirada en historias reales de las víctimas de Los Sayayines.
El primer episodio arranca con un
trancón que marca la diferencia entre los ricos que miran por encima del hombro
y los ñeros, dicotomía que muy probablemente se repetirá como leitmotiv del programa. Y es que ese
ambiente de marginalidad del Bronx es una atmosfera pesada. Ni diez minutos han
pasado, y tuvimos escena de sexo innecesario, acentos forzados y oh, no, ¿Ana
Wills otra vez como gringa petarda? ¿2013, Eres tú? ¿Alguien con un dedo de
frente se cree que en el Bronx tenían un pianista a órdenes de un matón? ¿O lo
del cocodrilo en una jaula y el tal “Chaplin”? Todo ese ambiente inconexo solo
cabe en la retorcida mente del libretista y hoy congresista Bolívar. Y claro,
no pueden faltar el omnipresente policía que espera dejarlos a todos tras las
rejas y el agente infiltrado. Otros de los habituales clichés de cualquier
narconovela.
Las escenas entre los personajes
de Candamil y Klauss fueron un valium
completo. El triángulo amoroso entre ellos y la ex asistente de él siento que
aportan muy poco o nada a la trama. Además, ese rol de villanita de medio pelo
no le queda a una pésima actriz como Eileen Roca. ¿Era necesario el desnudo de
Candamil? Creo que no. Y esas del protagonista músico tocando hasta el timbre
del vecino estuvieron súper meh. La subtrama del rapto de Juliana, webcam
y pelea con el papá -personificado por Ramiro Meneses, cero verosímil, por
demás- incluidas, estuvo muy floja. Juliana parecía una Caperucita Roja encontrándose con el lobo, y aun la protagonista de
ese cuento no fue tan fácil como ella con su pretendido novio, quien es el
encargado de llevarla al Bronx. ¿Patricia, la madre del protagonista (Marcela
Gallego) está imitando su propio papel de doña Grace en El man es Germán?
Y aunque la estrategia
promocional del canal del molusco es más atosigante que los trolls de esta
página, para nadie es un secreto que El
Bronx no es el “éxito” que nos pretender vender. Promocionada desde
comienzos del 2017, ha sido un reverendo fiasco en las ferias televisivas. Y no
en vano, otras producciones con muchísimo menos tiempo de producción ya han
salido al aire, mientras esta tuvo que esperar dos años en el congelador. Tal vez
por eso le han gastado un buen billete en prensa regional para publicitarla. O
que fijo tendrán activado al comité de focas que le aplauden cuanta guarichada
producen los de La Floresta, de cual, afortunadamente, no hacemos parte. Somos
la voz de los que no tienen voz.
Como dijese un apreciado contertulio
mío, más bien
hagamos la pregunta: ¿Por qué los canales privados se empeñan en hacer
contenido televisivo para estratos bajos? Debe ser porque es el segmento
poblacional que no tiene mayores posibilidades de elegir otras plataformas de
contenidos. Y, retomando lo que comentaba con mi pareja, me da tanta pena ajena
ver a los actores que participan de esta enésima narconovela, promocionándola
como su fuera House of cards, cuando
todos sabemos que el universo de alternativas dramáticas de estos productos es
muy limitada, sobre todo viniendo de Gustavo Bolívar, a quien solo le falta
tener otro producto en RCN para terminar de invadir el espectro de la
televisión comercial nacional, pues no contento con percudir el canal Uno con Sin senos sí hay paraíso 3, ahora vuelve
a las andadas en Caracol ¿Esperamos El
Bronx II, La revancha o El Bronx Kids?
Cruzo los dedos para que eso de ningún modo ocurra.
¿Recomiendo seguirla viendo?
Never. Nunca. Jamás de los jamases.
Aunque dejé a la última de las obras de Gaitán en nuestro top de Antirescatados, prefiero más Gaitanes
que se arriesguen con narrativas nuevas a más Bolívares tan devaluados como la
moneda homónima del vecino país.
Mi queridísimo Pink Sauce: muy acertada tu critica, espero con ansias la que hagas de Rosario Tijeras (historia infumable que escasamente dió para un libro y ya van en la versión mexicana). Gustavito Bolívar, aparte de tener cara de asesino a sueldo al mejor estilo de Danny Trejo, jamás le aporta nada fresco, ni nuevo, ni bonito a la t.v colombiana. Como tú lo dices, son solo prosti-narco-bio-novelas de solo plomo-plomo-plomo. Fernando Gaitán, en mi humilde opinión (que no tiene nada de humilde, más bien es una lanza cargada de veneno, estilo tribu Pijaos o Caribe antes de la invasión española a tierras americanas) lo único bueno que hizo fue Café con aroma de mujer. Betty la fea la han sobrevalorado demasiado, al punto de sacar adefesios insufribles como Ecomoda, Bettytoons, Yo soy Betty la fea el musical (se creen que pueden igualar el talento de la inolvidable y entrañable Misi) y Yo soy betty la fea obra de teatro. La verdad es una historia insoportablemente repetitiva, que RCN es lo único que ha hecho, vivir de esa "vieja gloria" como si fueran la selección Colombia viviendo del 4-4, del 1-1 y del 5-0 (Era Moderna: ahora viven de era Gol de Yepez y no era roja pa´ cuadrado, glorias de las que vivirán hasta el Mundial de Fútbol del año 2.086. Me encantó tu critica de El tal Bronx. Con confianza ya puedes empezar a escribir los Años Tenebrosos de la t.v Colombiana año 2.019 donde ya sabemos, público fino y conocedor, que el rescatado del año será Los Puros Criollos Quinta Temporada. Bendiciones y abrazos.
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