El coronavirus le hace la guerra
a la fase final de A otro nivel, forzándolo a salir del aire y rompiendo la
racha realitera de Caracol a las 8 de la noche. En su reemplazo, llega La venganza de Analía, donde todo comienza con una pesadilla,
el recuerdo de la muerte de la madre de Analía Guerrero (Carolina Gómez), en
una historia supuestamente ubicada en Ciudad de México, y damos paso a un
discurso de agradecimiento de un político recién electo como alcalde, y el
retorno de Analía a Colombia para vengarse de Guillermo León Mejía (spoiler, su padre biológico), un
político que aspira a la presidencia y cuyo partido es Fuerza democrática (¿alguna relación con Centro Democrático?). Fue un episodio que iba y venía en los
consabidos flashbacks de los estrenos
del canal del molusco. Concretamente, a esa infancia de Analía antes de su tragedia,
donde nos muestran a Pablo, el amor de su infancia.
Esta telenovela es una de las producciones que estaban en el congelador para los del molusco, con un tufillo a Entre caníbales o Malparida, telenovelas argentinas. O como una versión descafeinada de Avenida Brasil, que también hacen de la sed de venganza su leitmotiv. Pero las actuaciones son pobres y planas; los libretos, predecibles desde el vamos. La violación de la madre de Analía/Ana Lucía era el recurso más obvio de todos. El despido de la madre de Ana Lucía tras el accidente del hermano de Pablo fue un recurso más trillado que las cachetadas de doña Florinda a Don Ramón. Esos “amores que nadie va a separar” están más vistos que episodio de los Cuentos de los Hermanos Grimm.
Ese “secreto” de la paternidad de
Ana Lucía, la corrupción de Mejía (recurso muy pobremente explotado, porque Bryan
Moreno es muy mal actor; no contentos con tener que verlo tratar de actuar en La Nocturna 2, ahora lo vemos en esta
novela fracasando en el intento de crear un personaje) y el conflicto que
desemboca en la muerte de la madre de ella carecen de la fuerza histriónica que
merezca continuar viendo un segundo
capítulo a semejante bodrio. Esa demanda de paternidad en una hoja fue algo tan
mal construido que daba pena ajena. La escena del homicidio de Arelis, la madre
de Ana Lucía fue digna de las peores pruebas de “talento” de PDNT. Tal vez el
coronavirus merece que apaguemos la TV y nos ahorremos esos kilowatts que
muchos están gastando teletrabajando en casa.
Y a las 9:30 (por esa manía de
alargar el noticiero artificialmente), Amar
y vivir se fue y viene la enésima bionovela que ha parido esta tierra: El General Naranjo, alusiva al policía y
exvicepresidente, personificada por el (nunca bien ponderado) actor peruano
Christian Meier. La historia comienza en Estados
Unidos, hacia mediados de los años ochenta, a donde arriba Naranjo a ver
algunos capos encerrados, algunos de los cuales él mismo contribuyó a
atrapar. Y toma, otro flashback en un
episodio debut, para llevarnos a un operativo de la guerra del
narcotráfico ¿Duque no podrá evitar por
Decreto que las telenovelas de Caracol comiencen todas con un flashback?
Meier podrá ser el gancho para
vender internacionalmente la novela, pero no precisamente por su talento. O por
el talento de los que hacen el papel de los narcos colombianos en esta novela,
porque sí, es otra novela de narcos
¿No tenemos otra faceta de la historia qué mostrar? Por eso, ni me voy a
desgastar describiendo el episodio debut. Todas las narco-bio-novelas son
iguales entre sí.
Y es que las escenas del capítulo
debut parecen editadas a la maldita sea,
donde era difícil armar un hilo conductor coherente, salvo las actuaciones de
tres centavos de ese diezmillonésimo remedo de Palo Escobar que ha pisado las
pantallas nacionales. Lo dicho, plomo, plomo y más plomo para una de las
franjas más sobrevaloradas del canal de La Floresta. A Pablo Escobar lo han representado tantas veces
en TV nacional que podríamos hacer una edición especial de Yo me llamo pero solo con los actores que lo han personificado, y
con Virginia Vallejo en lugar de Amparo Grisales.
Yo creo que ya estamos preparados
para una conversación sobre lo HARTO que puede llegar a ser otra novela de
narcotraficantes, vista desde el ángulo que quieran: del ángulo del narco (El cartel, Escobar, el patrón del mal y
un larguísimo etcétera), de los agentes que los persiguen ( Bloque de búsqueda, El General Naranjo),
de las mujeres de los narcos (Las muñecas
de la Mafia) o de sus lavaperros ( Alias
J.J.).
Pronóstico: Lo irónico del asunto es que
vistas las cifras de los debuts, no les fue nada mal, e incluso, Caracol hizo
el 1-2-3 con su infumable noticiero. Pero eso es mera fachada, en el fondo solo
refleja la temprana rendición de RCN (porque el Uno ni siquiera cuenta como
competencia). Suena contradictorio que en redes sociales sea tendencia el #YoNoVeoElGeneralNaranjo y luego esté en
el top 3 de lo más visto, lo cual refleja la profunda desconexión (o hasta hipocresía)
de las redes con las audiencias. Igual, de nada me sirve indignarme de la
escasa calidad de La
Venganza De Analía o El
General Naranjo, si cuando salen
las cifras de rating ( maquilladas o no) salen diciendo que fueron poco más que
la octava y novena maravillas del mundo. Comamos mierda, millones de moscas no
pueden estar equivocadas.
Opta por el rescate: No.
Opta por el rescate: No.
Analía me pareció una vil copia de Pura Sangre, la misma trama de amor desde niños y bla bla bla... Me choca Meier como actor y sobre todo haciendo un entrañable personaje colombiano jajajajjajaa cuya historia por cierto la hemos visto como en 8762 novelas!!
ResponderEliminarPor qué Cristian Meier? Es que acaso ningún actor colombiano dio la talla para ser Naranjo? Sólo curiosidad 🤔
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