Bake Off Celebrity, el gran pastelero: Colombia es el enésimo
concurso entre celebridades que sale a la luz en nuestro país, pero
irónicamente, lo que tal vez podría ser un formato para que RCN tuviera un
espacio de telerrealidad actualmente en pantallas, parece hecho y pensado para
los gustos ñoños de Caracol. Con todo, sale en la plataforma HBO Max, y en
ella, 12 “celebridades” compiten por el título del mejor repostero. Por los
jurados, nada qué cuestionar: el esquema clásico de tres evaluadores corre a
cargo de Juliana Álvarez, Mark Rausch
y Paco Roncero.
Donde el formato empieza a flaquear cual merengue en torta caliente, es con
su presentadora: Danna García es para tener un coma diabético por posar de
demasiado dulce. Pero lo que más soporífero me torna el formato es que no hay
conflicto mas allá de las escasas calidades del producto que cada participante
haga. No hay un villano claro entre los participantes, y ese rol,
dejárselo a los veredictos de los jurados, deja mucho que desear. Tampoco es
para volverlo un programa de telerrealidad de mechoneadas, lanzamiento de
cuchillos y traiciones, pero tanta flor aburre. Personalmente, me resulta indiferente
quien gane la competencia, que ya se acerca a su ecuador en la plataforma donde
se emite.
Además, manejan un estándar demasiado liberal del concepto Celebridad:
Entre otros con síndrome Carolina Sabino, es decir, adictos a formatos
de telerrealidad como El Pibe Valderrama (Desafio 2004), Johanna Fadul (Exatlon Colombia),
Yaneth Waldman (Factor X, La Batalla de las estrellas), Martina La
peligrosa (Mi familia baila mejor) o Belky Arizala (La Agencia, quien
por cierto, fue la primera eliminada); y luego una Lista H de supuestos
influencers como Mario Ruíz ( a quien lejanamente recordamos del fracaso que
fue Taggeados allá en el 2015) o gente que hace rato ni sonaba ni
tronaba como Cabas o Kimberly Reyes.
Por su parte, La
descarga, el templo de la música es el enésimo concurso sobrevalorado de Caracol que ocupa el horario de
las 8 pm, con 4 mentores: Santiago Cruz, Maía, Gusi y Marbelle, y conducido por
Carlos Calero y Jessica Cediel, donde 91 participantes , todos ellos extraídos
de los otros sobrevalorados concursos de cantantes ( A otro nivel, La Voz) o imitadores de
cantantes ( Yo me llamo) que
inmerecidamente han liderado este horario. Un concurso menos original que la
Big Cola que dará más de 600 millones de premio mayor.
Sentados desde pupitres, los 91 compiten por
solo 44 cupos, es decir, 11 por cada mentor; conviviendo en una casa estudio,
con habitaciones por cada equipo…Umm, ¿Cuándo empieza a Missanalizarse todo
esto? Solo avanzarán si logran unanimidad en los 4 jurados, quienes pulsarán un
botón para que giren en una aguja de tornamesa. Cada uno solo puede cantarle
durante 2 minutos y medio a los cuatro mentores.
En el episodio debut, Byordy, uno de los
aspirantes del accidentado A otro nivel del 2020 sería el encargado de
abrir el fuego de la competencia. Tras el consabido mensaje de los familiares,
tan digno de PDNT, carreta de calero mediante. Decidió apostarle a Maía con Aguanilé,
otra de las canciones trilladas hasta el
hartazgo por Caracol. Ella lo dejó avanzar al siguiente jurado, Santiago Cruz,
quien también lo dejó avanzar, y así sucesivamente, el participante logró el
primero de los 44 cupos. Las sobreactuaciones
con los pulsores no se hicieron esperar. Le siguió Lauvel, proveniente de La
Voz Kids del 2015, quien también logró avanzar. El imitador de Nino Bravo
del primer Yo me llamo, hace la friolera de 11 años también tendría el
visto bueno; Luis Javier Oropesa, el cantante de origen venezolano de A otro nivel – Canta Conmigo también
obtuvo el sí unánime. Hasta aquí, todo dentro de la normalidad de los concursos
de Caracol donde nadie desafina, todos cantan divino, y todo son más flores que
desfile de silleteros.
La imitadora de Thalía de Yo me llamo,
aun en el papel de la artista que imitó con Eres teibolera, digo,
Piel Morena obtuvo voto favorable de Maía, que por lo visto es más fácil
que Fanny Lu presionando el botón o que la tabla de multiplicar del cero, pero fue
la primera en no lograr los votos suficientes, básicamente porque Marbelle la
demoró demasiado antes de darle paso a Gusi. Tras ella, vino una franja de comerciales,
algo poco usual en los concursos de Caracol.
Katta Castaño, participante de A otro Nivel
tuvo mejor suerte y avanzó a los 44. Su
colega de concurso El indio Harim, que tuvo que abandonar por salud en
su temporada, avanzó muy rápidamente entre los mentores, tal vez porque su
historia previa da para mucho juego de esos que hacen darles orgasmos a los
directivos de La Floresta.
De los dos petardos presentadores ni voy a
hacer más sangres, en esa materia cada vez vamos de mal en peor; pero del
jurado sí me voy a despachar: Santiago Cruz, con un discurso que duerme más que
sus mismas canciones; Maía es la que en todos los charcos se quiere bañar (ha
estado en La Pista, Masterchef Celebrity, cantó hasta en Gran Hermano
CityTV…), Gusi hizo parte del jurado de La Voz Teens, la temporada
que, hasta la ultima temporada doble de La
Voz Teens/Senior que acaba de pasar, fue la menos exitosa de la franquicia.
Marbelle solo llega para levantar polémica, tras su paso por franquicias de la
competencia (Factor X y Masterchef Celebrity) y sus debates
twitteros con la vicepresidenta. Si en este país tuviéramos una cultura de la
cancelación de servicio, los ratings de este formato serían los peores, aunque
no han sido tampoco los que quisieran en el canal del molusco. Si la gente se
deja de chorradas de peticiones en Change.org y pasa directamente a
apagar los televisores y no verlo, le dan el golpe de gracia a este mal remix
de formatos. Caracol solo va a aprender
la lección cuando pierdan con su rival, y eso que en estos momentos el producto
más solvente de Las Américas es la aburrida bionovela de Leandro Díaz.
Bastante mérito es ya cantar sin marearse en la
dichosa aguja de la tornamesa. Mismo que
es aguantarse esos mensajes cursis y cargados de telepornomiseria de cada
participante, con sus “amuletos” de la buena suerte. A mí, en lo personal, no
me mueve la aguja, y prefiero ver la repetición de Los Cuervos por Señal
Colombia. Yo me descargo de este pastiche mal avenido, que solo es el relleno
de poca monta que Caracol necesita de aquí a un fin de año que yo no creo ver
en tierras colombianas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario