El pasado
martes 30 de enero se estrenó la versión colombiana de The Wall, que marca la llegada de Andrea Serna al Canal Caracol
tras muchos años vinculada al Canal RCN. La mecánica del concurso es muy
sencilla: Frente a un muro (valga la redundancia) se ubica un equipo de
dos personas que deberán contestar acertadamente una serie de preguntas. De
llegar a acertar, obtendrán una bola verde que, al caer en uno de los cubículos
de la parte inferior, les permitirá sumar la cifra de dinero que él contenga.
Pero si la respuesta es errada, una bola roja les restará la cifra del cubículo
donde caiga. En cada ronda hay tanto esferas verdes y rojas por defecto. Al
finalizar, se les propone aceptan firmar o romper un contrato, que puede
ofrecerles más o menos de lo ganado en las diferentes rondas. Hasta ahí, no hay
problema.
Review The Wall, la nueva TV a los alaridos from Pink Sauce TV on Vimeo.
Pilar y
Clara, madre e hija, fueron las primeras concursantes de la adaptación criolla.
Su pequeña dosis de telepornomiseria tenía que salir de por medio: En este caso, la
casa de la abuelita. El nivel de las preguntas en las primeras rondas estuvo
sencillo. Lo que Caracol nos quedó debiendo es ¿cuando fueron los castings para
este programa? ¿Fueron remanentes de los sobreactuados participantes de El Precio es Correcto en la era
Lalinde? ¿Para qué tanto significado en
cada número? ¿Lloran más por el verde en The
Wall que los hinchas del Atlético Nacional?
Que no nos
vendan la moto de que esta es la primera versión presentada por una dama, que
en realidad, por pocas semanas de diferencia, lo es la versión del Canadá francófono
con Maripier
Morin. De hecho, una de mis mayores reticencias es con la
señora que delira con tener en sus manos el sobre. Ella en RCN se desgastó
tanto saliendo hasta en la sopa, que verla en La Floresta se me torna cansino. Lastimosamente,
entre ella y Gloria Valencia de Castaño hay mucho trecho. Sobre todo, en cuanto
a saturación se refiere. No ayuda en nada que todas las adaptaciones nacionales
de programas como estos, que internacionalmente se emiten semanalmente, aquí
los vuelvan un sainete insufrible de lunes a viernes. Eso sí, los otorrinolaringólogos
de este país serán felices.
A nivel
internacional, el programa ha recibido críticas mixtas[1].
Sobre todo por tratar de vendernos como algo novedoso lo que es en realidad un remix
a los alaridos entre la Teletón,
Hay trato, Quien quiere ser millonario y, si me apuran, hasta de Tu Voz Estéreo. También porque aparentemente las
bolas verdes tienden a caer en cantidades más bajas que las rojas, que lo hacen
en cantidades altas más veces, para crear tensión en el programa y suscitando el
escepticismo del verdadero azar[2]. Además, eso de ver a los
concursantes como dando órdenes a las bolas como si las pudiera dirigir, es
poco creíble. Por más que griten, la trayectoria de una bola que está orientada
hacia la izquierda no va a irse mágicamente hacia la derecha, donde está el
bote mayor, o del mismo modo en el sentido contrario. Pensé que algo les había
quedado de cuando vieron Física en décimo grado…
Sin embargo,
vistas las cifras de rating, donde alcanzó en su debut más de 13 puntos, ya
tendremos que asumir que este será el programa de relleno que se lleve, merecida o maquilladamente, el rating
de las 8 de la noche, en medio de una competencia casi inexistente con el soso reality de los humoristas de RCN y el intrascendente programa de chismes del
Uno. Pero recuerden que Newton nos decía que todo lo que sube tiene que caer… (También
Gilberto Santa Rosa, pero eso es otra historia)
#TheWall ¿Es un concurso de cultura general o de reinado de belleza? Escuchar el sonido de #MissUniverse cuando van a elegir las reinas y a Andrea Serna me confunde.
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